Pobre Asturias
No sé qué maldición ha caído sobre Asturias, lo digo porque la mayoría de nuestros políticos son impresentables, y lo malo del asunto es que lo mismo da de un partido que de otro, la verdad es que creo en las personas y no en estos «aparatos» carentes de democracia interna.
Los ciudadanos, militantes o no, somos simples marionetas, movidas al antojo y conveniencia de los mismos.
PSOE y PP es la misma cosa, sólo cambian las siglas y la música de sus mítines, Fernández y Espinosa entonan con la citada melodía. Lo ocurrido en el PP no tiene nombre, Cascos es para muchos asturianos de una u otra ideología «la esperanza de Asturias», pero la dirección del partido, en manos de «fracasados» «pero bien acomodados», se empeña en que nuestra comunidad siga en manos del caciquismo.
Cascos, abandonando el partido, hizo lo correcto; además pienso que no le dejaron otra salida.
Algunos que llevábamos tiempo sin votar habíamos comentado que con Cascos pasaríamos por las urnas; sin él nos seguiremos quedando en casa, ya que el resto es continuidad y Asturias necesita un «cambio radical» y una «limpieza a fondo». La pasada Nochevieja me quedé sorprendido: un grupo de personas cantaba en plena calle el «Asturias, Patria Podrida». Es triste, pero me sumo a la canción.
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