El viejo no es pasado mientras esté y el joven no es futuro hasta llegar a él
Nunca antes una generación ha despreciado a los viejos como la actual. Antes eran respetados en todas las culturas y sociedades. Aportaban sabiduría, coherencia, cordura, personalidad, consenso, tranquilidad, experiencia, autocontrol... Ahora dicen algunos que son pasado, como si el pasado fuera desecho. La osadía de esta juventud deslumbra de estupidez, todo lo que tienen, todo, se lo dieron hecho esos que ahora desprecian: insensatos.
"Si el mozo supiese y el viejo pudiese, no habría cosa que no se hiciese".
Quien no respeta a los viejos está despreciando su propio destino.
El viejo no es pasado mientras esté, como el joven no es futuro mientras no llegue allá; ambos sí son el presente.
Referirse a la edad como rechazo o insulto es lo más insensato y estúpido que puede hacer cualquier persona. Siempre existirá alguien más joven para recordárselo a medida que vaya cumpliendo años. Salvo que esa propia y clara estupidez le haga pensar que será joven por siempre.
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