Sobresaliente para el Hospital de Arriondas
Sobresaliente por muchos motivos: la eficaz profesionalidad del personal sanitario y de servicios, la funcionalidad de sus instalaciones y la completa limpieza de todos y cada uno de sus locales.
Estas calificaciones no suelen publicarse; la mía sí quiero hacerla pública. Y, esta vez, el sobresaliente se lo otorgo al equipo médico de Hematología.
Lo hago porque en la última comida que compartí con Jacinto Ángel Fernández González, unos días antes de su viaje a la casa de nuestro Padre Dios, me dijo: «Quiero pedirte un favor: escribe unas líneas de agradecimiento a todos los del equipo de hematología del Hospital de Arriondas, pues siento una profunda gratitud hacia ellos, y en particular a los que han estado más cerca de mí: a la doctora Cristina Chamorro y al doctor Pablo Chamorro; a mi ángel protector, Izaskun, que me esperaba con la sonrisa en los labios y con el cariño a flor de piel, y lograba que el pincharme y recibir con tanta frecuencia la nueva sangre fuera para mí más llevadero; a Anabel y a Jorge, que me recibían con mucha amabilidad y simpatía, siempre dispuestos a ayudarme en todo».
Es inmensa la satisfacción con la que cumplo su encargo; porque coincido plenamente, por propia experiencia, con los sentimientos que Jacinto me expresó acerca de todos los que lo trataron: sabiduría, dedicación, mucho cariño… todo lo que es capaz de generar un ambiente distendido, comunicativo y familiar entre el enfermo y sus cuidadores y, junto a estas cualidades, la de total sinceridad: prudente con el enfermo y completa con su querida sobrina, Carmen, quien, en todas las visitas que hicieron al hospital, estuvo constantemente a su lado. Desde el primer momento la pusieron al corriente de la gravedad de la enfermedad y del proceso y etapas de la misma. Su diagnóstico fue completamente cierto.
Cada vez que Jacinto y Carmen volvían del hospital les notábamos relajados y nos decían que venían encantados del trato puntual y exquisito que habían recibido.
Sé que estos hombres y mujeres del equipo de hematología, en su humildad, me dirán: «No hemos hecho más que cumplir con nuestro deber». Ya, pero hay diversos modos de cumplir con la vocación que uno tiene, y ustedes la han cumplido de manera perfecta. Por eso les retiro la calificación de sobresaliente para darles la de matrícula de honor.
Gracias de Carmen y toda la familia de nuestro recordado y querido Jacinto Ángel.
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