Combatir la polarización
No sé tú, pero de repente empiezo a escuchar palabros para nombrar lo que toda la vida se llamó de otra manera. Últimamente me pasa con el acrónimo CEO, es decir, lo que siempre fue director general o ejecutivo de una empresa ahora es chief executive officer -¡con la riqueza de nuestro castellano!-, y los CEO predominan por doquier. Otro término que se impone desde hace un tiempo es el de polarización, ese fenómeno por el cual la opinión pública y la política, sobre todo, se dividen en dos extremos opuestos, donde la ideología aleja cada vez más las posturas, tornándolas irreconciliables, predominando actitudes de favoritismo por el propio grupo y desprecio hacia el grupo rival.
Sin apenas darnos cuenta, la herida de las dos Españas -bien cicatrizada después de tantos años- volvió a sangrar en una sociedad cada vez más dividida en izquierdas-derechas, nacionalismo-centralismo o posicionamientos opuestos en temas concretos de política económica, inmigración, políticas de igualdad y un largo etcétera, haciendo que cada uno promueva sus propios intereses sin tener en cuenta lo que quiere o necesita la ciudadanía en su día a día, alejándose la política, cada vez más, de las necesidades de los ciudadanos, y prostituyéndose en su finalidad, lo que lleva al descrédito de la actividad política y, sobre todo, de sus actores. Nunca mejor dicho, actores, porque habitualmente nos vemos inmersos en un gran teatro, con apariencia de verdad pero en realidad una ficción alejada de la trasparencia, la autenticidad, de la verdadera dimensión de servicio y eficacia que debería mover a quienes nos gobiernan. Además, la polarización lleva a actitudes y gestos autoritarios e insolidarios, faltos de respeto, mal educados, broncos cuando no soeces.
Sumario: La necesidad de salir de la espiral de confrontación social y política actual que no favorece la convivencia
Destacado: Nos vemos inmersos en un gran teatro, con apariencia de verdad pero en realidad una ficción alejada de la verdadera dimensión de servicio que debería mover a quienes nos gobiernan
Si bien aprovecho para denunciar esta situación tan patente, no pretendo aportar grandes soluciones a nivel general. No está en mi mano romper la baraja y empezar de cero con gobiernos y políticos competentes, buenos gestores, que busquen el bien de las personas, que no nos mientan, ni se lucren de lo que el ciudadano medio, con su pago de impuestos, consigue día a día, en un trabajo esforzado.
Apelo a la responsabilidad personal, para que cada quien salga de esa espiral en la que nos están metiendo, manteniendo una mirada crítica ante lo que nos rodea. Me animo y te animo a fomentar en la convivencia diaria, en nuestro escenario habitual, la respuesta honesta y recta, alejada de la cínica postura del que “va con los de la feria y vuelve con los del mercado” o, peor aún, del que, al llegar a un cargo, tira por tierra la fama o el dinero público y desprecia lo que se encuentra, porque el anterior milita en una tendencia opuesta.
Te animo y me animo a convivir en respeto, propiciando un clima de libertad; a buscar lo que une, no lo que separa; a colaborar unos con otros, sin fijarse en el color político, para trabajar por el bien de las personas y de la sociedad. También a aprovechar lo bueno que otros han construirlo y no a demoler para noquear al contrario.
Me quedo con el tuit del opositor venezolano, @leopoldolopez, antes de entregarse a las autoridades: “El cambio está en cada uno de nosotros. No nos rindamos. Yo no lo hare! (sic)”.
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