Referéndum
Tener la consideración de preguntar a la ciudadanía por cualquier decisión política de trascendencia que nos afecte debería ser una rutina en el día a día de un sistema democrático. Llamadme mal pensada, pero me da la sensación de que a los gobiernos, en general, les cuesta trabajo eso de hacer referéndums, se enreda la cosa y acaban preguntando si queremos que se pregunte.
Todo sería más fácil si por sistema se acudiera a la Constitución, que tiene respuestas para casi todo. El artículo 92 resolvería la polémica, aunque para eso el Rey, el presidente del Gobierno y el Congreso de los Diputados deberían estar de acuerdo, y eso ya es otro cantar.
Nos hemos acostumbrado a que los demás tomen decisiones que nos afectan sin contar con nuestra opinión, y a obedecer lo que venga sin protestar. La mayoría de las veces ni nos enteramos de lo que pasa en las altas esferas, sus trapicheos, su impunidad, el agarrarse al poder, el ninguneo a la ciudadanía... No nos enteramos, y lo más triste es que hacemos poco por enterarnos.
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