Ideales emocionantes
Dicen que no quedan ideales, que el mundo solo es egoísmo voraz, hastío de excesos, guerras, llagas abiertas, gente vacía mala, cinismo superficial. Siempre recordaré que mi padre, un hombre risueño y con don de gentes de la Academia Ojanguren y el mundo comercial de Oviedo, me contó que su maestro -un lujo ir a la escuela en plena posguerra- les hacía leer trozos de “Corazón”, de Edmondo De Amicis, en aquella escuela ovetense de cien niños por aula; luego, su madre, después de inspeccionar y ver la finca, le compraba libritos, cómics y chocolatinas, siendo mi padre feliz y pleno en su inocencia ya ilustrada, en aquel medio tan de época. Emocionante fue el esfuerzo de las los españoles por progresar en este país de hidalguía y gente noble, gente divertida y de bien, trabajo y fiesta. Muchos hijos de España y Asturias se convirtieron en poetas, ingenieros, médicos, tecnólogos, ilusionistas, creativos, escritores, magistrados. España ha progresado colosalmente, en una Europa de paz, y en todos los grupos sociales. Todo el mundo posee una educación y empatía social cívica en un país muy muy vivible, con gran calidad de vida y buena gente. Emocionante es el Jesucristo-ideal, un Hombre-Dios que también trajo alegría, superación de la ley mosaica en clave participativa y universal. Vernos como hijos del mismo Dios sigue siendo antídoto contra barbaries. Emocionante es la lucha de discapacitados, ancianos solos, desahuciados, que se superan, luchan y no pierden la sonrisa. Hay que ser entusiasmo, coraje, gallardía, esperanza, capacidad de autosuperación y logro solidario, incluso mediante heroísmo simpático, un poco “trickster” y comediante.
Loable el trabajador serio y el muy emulable empresario que madruga y se esfuerza por hacer lo mejor del día, ayudando a todo el mundo que puede, a través de su actividad y profesión, prestando servicios técnicos. El mundo del verdadero médico debe ir más allá de ser mero especialista, funcionario por horas o empresario, debería ser observatorio humanitario. Ideales son la ayuda a la cooperación humanitaria mundial, la igualdad plena de la mujer, colectivos vulnerables, inmigrantes y minorías. Cultura, fraternidad. La socialdemocracia amplia sigue siendo centro político social. La generación de una economía de activos, de empresas, ideas y sinergias. Humano es sentir, mirar a través del corazón y descubrir que somos don y gracia divina, inmortales, polvo de estrellas, universo místico inabarcable en expansión, y que el miedo y la (auto)violencia gratuita son ignorancias lacerantes. El mundo hoy es uno, tendamos puentes civiles, laicos, santos puentes, respetando, promoviendo, favoreciendo que el alma humana florezca, desde virtudes, valores constantes, caídas y recuperaciones muy valiosas. La ayuda, bien dada, siempre es multiplicación de los peces y pan del Sermón de la Montaña, humor majísimo, buen ambiente sano, benevolente y de amistad auténtica, tras ser silencio y meditación gratos.
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