El PSOE de Oviedo homenajea a un asesino
No es la primera vez, y probablemente no sea la última. Y es que la desmemoria histórica e histérica del socialismo asturiano, arrastra esta patología desde hace 90 años. Justamente desde que en 1934 el propio PSOE intentó el golpe de Estado contra el legítimo Gobierno de la República de España. Al mando de aquella reinvolución de octubre, Indalecio Prieto, el mismo que en tan solo quince días ocasionó más de dos mil muertos en Asturias; el mismo Indalecio Prieto que dio lugar a más de tres mil mutilados; el mismo Indalecio Prieto que destruyó más de mil edificios ovetenses; el mismo Indalecio Prieto que mutiló la torre de nuestra la Catedral y dinamitó la Cámara Santa; el mismo Indalecio Prieto que destruyó la Universidad de Oviedo; el mismo Indalecio Prieto que arrasó el teatro Campoamor; el mismo Indalecio Prieto que incendió el convento de los Dominicos, donde al menos seis seminaristas fueron también asesinados.
Pero no se lo pierdan, todavía hay algún historiador de tres al cuarto que justifica a Indalecio Prieto invocando su amistad con algún político de derechas, como si tal cosa fuese el eximente que le absolviera de sus barbaries.
Todavía y con tantos méritos, el entonces alcalde ovetense Antonio Masip dedicó a este asesino (estará orgulloso) una calle en Oviedo (retirada, por fin, hace un par de años); todavía recientemente la Universidad de Oviedo, en otro acto de desmemoria histérica, colocó una placa en la Facultad de Historia en honor de este asesino. ¿Tal vez para agradecerle también la destrucción de la Biblioteca de la Universidad en aquella barbarie de 1934?
Pues nada, que ahora es el PSOE de Oviedo el que homenajea de nuevo a este asesino. No puede haber mayor agravio contra nuestra ciudad, no puede haber mayor desprecio para quienes, como mi propio padre, José Martín Sánchez, lucharon contra aquellos golpistas asesinos de octubre de 1934 y que defendieron nuestra ciudad de los que, como tantos ahora, se decían progresistas.
Desde aquí ruego encarecidamente al Ayuntamiento de Oviedo retire la placa que en la calle Magdalena conmemora el lugar de nacimiento del asesino Indalecio Prieto Tuero. El mismo asesino que, como es sabido, y desde la opulencia, hizo público su arrepentimiento desde México por el daño producido a su propia ciudad. El mismo asesino hacedor del prólogo de nuestra maldita Guerra Civil española.
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