Cardiología del HUCA, gratitud inmensa
Ya ha pasado un año desde que me atendieron de urgencia en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Siendo un nunca bebedor y un nunca fumador, llevando una vida casi monacal, me golpea un infarto agudo. Para el que nunca tuvo esta dolencia no sabe cómo es.
El segundo me dio conduciendo y hay que tomar decisiones muy rápidas. Todo lo defino como gratitud inmensa.
Lo primero, el protocolo de infarto, en el que procuré colaborar dentro de mi exigua medida. Jamás me lo pude imaginar: el trato personal y el tacto, magníficos; profesionales altamente cualificados. No sabes si vas a salir de esa y te pasa todo muy rápido por la cabeza.
Una vez en la unidad de reanimación y muy asustado, recuerdo me atendió Nuria, muy amable, con su mariposa en la muñeca... Conectadas mis funciones a la máquina, sabía perfectamente que las primeras 24 horas decidirían por mí... Por la mañana, César me atendió con un mimo y un cuidado dignos de mención. Los de Turón son así, y César “el de Turón” se merece un “Óscar”... Teniendo en cuenta mi situación, estaba en todo momento con las orejas p’arriba. Lo peor, que estuve todos esos días mirando para un armario color pistacho... eso sí, dando gracias en todo momento por poder verlo.
Ya por la mañana me pasaron a ver y a evaluar mis valores Mabel Soto y su equipo… Vamos a ver... No solo es la profesionalidad, es el trato y son las palabras de cariño y de paz. Yo me pregunto si en sus estudios y preparación hay un apartado de empatía... También soy consciente de que hacen más de lo que pueden y no están arropados por la Administración. Pues si mi médico me cuida a mí, quién cuida a mi médico. Lo mismo que a Elisa, mi médica de cabecera. Gran mención a ella, mi médico en Vallobín… Un médico de cabecera es mucho más. Es como un riñón o un hígado que filtra todo y se preocupa. Gran mención a la Atención Primaria… sobre todo al médico rural.
Un infarto te cambia la vida y, al ver el fin tan cerca, ves otros valores: el primero, salir del HUCA por la puerta grande con una enorme sonrisa y respirar muy profundo. También dar gracias a Dios todos y absolutamente todos y cada uno de mis días. Ver que lo material que me rodea no vale absolutamente para nada. Por eso es importante agradecer todo a todos y a diario.
Estoy en una edad por la que ya pasaron las bodas y los bautizos. Ahora son las visitas al HUCA y siempre paso por Cardiología aunque sea un minuto para darles las gracias con mi mejor sonrisa… También recuerdo que fueron con mis mejores lágrimas. Es duro, muy duro, y pasas un duelo a los pocos días dándote cuenta de todo el bajón, que es importante.
Tres turnos que me cuidaron como un recién nacido: gracias a todos. En especial, y sin desmerecer al resto, a Mabel Soto por su excelente trato y corazón, y a César el de Turón por su profesionalidad y dedicación. Por supuesto, a mi Jefe, que me dijo que para esta no es… es mi Jefe y de todos, que nos cuida...
Orgulloso de tener un Hospital y unos profesionales que nos cuidan infinito. Aunque no les reconozcan su valía. Ellos se merecen todos los aplausos y todos los premios. Hay que agradecérselo todos los días, ellos se lo merecen… El Jefe, también.
Gracias… mías y de mi corazón agradecido.
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