El Día de la Madre 2024
En España el Día de la Madre desde el año 1965 se viene celebrando el primer domingo de mayo, mes dedicado a la Virgen María, la Madre por excelencia. Tiene, pues, un contexto católico. Surge con el fin de honrar a las madres y agradecer su dedicación. Las felicitamos hoy de corazón; se lo merecen. Y de paso recordemos con cariño a las que están en paz, un poco más lejos de nosotros.
San Juan Pablo II, reconociendo la gran labor familiar y social de la madre, escribió: “Te doy gracias, mujer-madre, que te conviertes en seno del ser humano con la alegría y los dolores de parto y te haces sonrisa de Dios para el niño, guía de sus primeros pasos, apoyo de su crecimiento y punto de referencia en el posterior camino de la vida”.
En efecto, madre, tú tienes disposiciones naturales intuitivas para conocer a cada hijo, por ellas te haces su más idónea educadora. Por tu palabra y ejemplo eres su esqueleto moral y la primera catequista de su fe, así como los ojos vigilantes de su enseñanza escolar y de la turbia y nociva red que a su alma pura tienden algunas redes digitales.
De ti aprenden las virtudes cristianas que, como tatuadas en la piel, nunca se borrarán. En Proverbios 22,6, se lee: “Instruye al niño en su camino, que aun de viejo no se apartará de él”. Lo avala la vida de una hija que es indulgente y no guarda agravios porque sigue el ejemplo de su madre que excusaba y repetía: “No me habléis mal de nadie, no me hagáis enemiga de nadie, todos son mis amigos”. Se ha dicho que el ejemplo no es otra forma de educar, es la única.
Madre, eres, sobre todo, la mujer con la capacidad de hacer hueco a otro en ti misma y de estar en comunión con tus hijos, aunque estén lejos. Tú no les preguntas primero qué hacen, sino cómo están. Más que sus cosas, te interesa su persona, a la que te entregas con sacrificio sin límites ni orillas. Darías la vida por ellos. Eso hizo la italiana Chiara, que murió de cáncer a los 28 años por negarse, antes de que naciera su tercer hijo, a recibir un tratamiento dañino para él. Amor consecuente hasta el final. Así es una madre.
Madre, eres, sobre todo, la mujer con la capacidad de hacer hueco a otro en ti misma y de estar en comunión con tus hijos, aunque estén lejos
Razón tenía aquella alcaldesa que en la ofrenda-voto de su ciudad a María dijo: “'Madre' es la palabra más generosa del diccionario”. Al oírla, me hizo recordar una canción mariana que, entre otras cosas, dice: “El regalo más hermoso que a los hijos da el Señor es su madre y el milagro de su amor.” No me extraña que un hijo, tras morir su madre, afirmara: “Nunca había sentido algo así. Ámenlas, cuídenlas y disfrútenlas, yo lo tenía todo y no lo sabía”.
Aceptemos hoy su consejo y tratémoslas siempre con cariño de hijos en justa respuesta a sus desvelos, como merecida recompensa a tanto amor maternal.
Madre: ¡gracias y felicidades en tu día! Que María, tu ideal y guía, te guarde.
Gabriel Martínez Calvo
Oviedo
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