Evaluación continua
Vivimos en una sociedad en la que la nota para algunos está puesta antes de realizar el examen. Tienen el sobresaliente garantizado, mientras que los demás o bien no podemos ni siquiera hacer el examen, o de hacerlo nos tendríamos que dejar el alma para llegar al aprobado, aunque tengamos nota para un sobresaliente. Eso es inalcanzable, ya está asignado.
A medida que maduramos, cuando nos vamos haciendo mayores, nos damos cuenta de cómo funcionan las cosas y no nos queda otra que asumirlo con resignación. El problema está cuando se lo tienes que explicar a un niño. Es muy complicado hacerle entender que la vara de medir no es la misma para todos. Cuesta mucho y provoca un estado de frustración difícil de asumir. Es tan real como la vida misma.
No nos queda otra que pelear, aunque otros jueguen con las cartas marcadas, y esperar a que los niños crezcan y se rebelen.
¡Ojalá!
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