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Si quieres la paz, prepara la paz

8 de Junio del 2024 - José María Casielles Aguadé

Frente a la hipócrita fórmula del "Si vis pacem, para bellum" -"Si quieres la paz, prepárate para la guerra"- con la que los romanos trataban de justificar sus propósitos imperiales, hemos de defender la más sincera, real y humanitaria recomendación del "Si vis pacem, para pacem", que citamos en español en nuestro epígrafe y que, aún para más claridad, debemos completar con "Si quieres la Paz, mejora la Verdad, la Salud, la Justicia y la Dignidad, para ti y para los habitantes del Planeta", porque el cultivo sincero de los clásicos valores humanos es la llave de la felicidad para todos. Sinceramente creo que, frente al tenaz abuso histórico de la guerra, que atormenta persistentemente a la Humanidad, hay que diseñar y defender una convivencia mucho más positiva para la gran mayoría de individuos de buena voluntad.

Sumario: La defensa de una convivencia más positiva para toda la Humanidad

Destacado: Más del 70 % de los seres humanos creen desde hace más de 5.000 años que tras la experiencia letal podremos ver la otra faceta

¿Cómo? Llamando a la colaboración a la multitud de mujeres y hombres de la Tierra (hoy constituida por ocho mil millones de personas), y muy especialmente a los titulares de profesiones largamente identificados como de gran honestidad, y distinguidos en sus ámbitos respectivos: informadores, periodistas y expertos en los medios de comunicación social (MCS) que diariamente luchan por el dominio de la Verdad en todas sus manifestaciones; así como también los educadores y profesores en todos los grados de enseñanza, desde la preescolar al doctorado. Otrosí digo para la asistencia de los colaboradores y profesionales de la Justicia, como policías y guardias civiles, fiscales y jueces, que, con su esforzada tarea, nos procuran la tranquilidad y paz necesarias para disfrutar de una vida amable y cordial, como la aconsejan filósofos y moralistas. Este grupo, como el referido anteriormente, sabe bien que "lo que se publicita se promociona", y con razón no se cansan de anunciar que "no hay mejor prédica que la ejemplaridad". La misma receta la dispensa otra serie de personas excelentes de las sociedades civilizadas, que son los profesionales de la Salud, por elevadas o modestas que sean las actividades de sus tareas sanitarias: del conductor de ambulancias y los buenos celadores a excepcionales cirujanos especializados y jefes de equipos médicos, ya que todos contribuyen en sus diversas medidas a hacer nuestra compleja vida más grata y llevadera, sin la menor discriminación y con su sacrificada entrega.

Está perfectamente claro que la experiencia vital de los humanos es muy variada e inesperada, y que se modifica radicalmente en muchas etapas de su vida. Igualmente, tenemos constancia de que lo que verdaderamente caracteriza a una sociedad superior es el estar preparada y capacitada para afrontar esos cambios, ofreciendo a nuestros semejantes soluciones, remedios o aportaciones eficaces. Más aún: "Estamos en este mundo para ayudar a los demás". El enfoque ético de la Humanidad va todavía más allá: "Estamos llamados a morir, pero no a perecer". Dicho de esta forma, la muerte nos separa de nuestra realidad física, pero no de nuestra personalidad espiritual, dicen muchos teólogos. Si este criterio es correcto, la muerte solo nos anuncia "trascendencia", y se convierte en un breve paso de un proceso de "evolución". No se trata de un simple cambio de palabrería, como podemos entender perfectamente con un sencillo ejemplo natural: en los insectos Lepidópteros (con escamas en las alas), que conocemos vulgarmente como mariposas, hay una evolución clarísima al pasar de la fase de "oruga" a la de "mariposa". Aquí, no procede hablar de "muerte", porque se produce en continuidad vital, sino de una "transformación evolutiva", a la que tal vez estamos también abocados nosotros.

De esa "moneda" que es la vida humana, tal como se ve desde aquí, solo percibimos una cara, por la razonable limitación de nuestras ciencias experimentales; pero más del 70 % de los seres humanos (escépticos o religiosos) creen desde hace más de 5.000 años -en los que se viene practicando el culto a los muertos- que tras la experiencia letal podremos ver la otra faceta. Esto dicen los doctores en Medicina E. Koobler Ross, F. A. Moody, K. Ossis, E. Haraldsson y otros muchos más prestigiosos estudiosos de "Vida después de la Muerte", tras contrastar su opinión con miles de pacientes americanos y asiáticos. Como farmacéutico, doctor en Química y viejo profesor de Paleontología, estoy con ellos; lo que tampoco me priva de equivocarme, ni de la convicción sincera, como oficial del Arma de Ingenieros del Ejército, de que el descuidar la Defensa es una peligrosa ingenuidad.

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