El legado de Pepe Piedra: un director que tocó corazones
Cuando llegué a España mi adaptación fue la más difícil. Conocer un idioma diferente, nuevas costumbres y sobre todo qué clase de gente tengo a mi alrededor. A lo largo de mis años he ido absorbiendo nuevos aprendizajes que jamás pensé que iba a tener a día de hoy.
Querido lector, si le hablo de aprendizajes... me gustaría dar un homenaje a mi querido director, que por circunstancias de la vida ha fallecido el 15 de mayo. Se llama Pepe Piedra Méndez, profesor y director del Colegio Público Castillo Gauzón. Y aunque se jubiló hace ocho años, para mí seguirá siendo el mejor sabio de todos los tiempos.
Cuando me enteré de esta noticia mi corazón expresó lo siguiente:
"Mi pequeño guardián, adónde te has ido, no me esperaba tu adiós, no me esperaba tu ida. Y sí corazón, mereces descansar. Un hombre vigoroso, humilde y con un gran corazón en el pecho... te lo mereces.
Hace un año te vi por las calles, te saludé y fue nuestro último abrazo. Lo disfruté como aquella vez que fuiste a verme cuando te habías jubilado. Viniste de sorpresa. Me emocioné.
Gracias por taaaanto. Por tus primeras y segundas oportunidades. Por ayudarme cuando andaba en mis delirios emocionales. Por quererme tal cual como soy y por llevarme en tu corazón. Por decirme todas las veces que me quieres. Agradecida de decirte que te aprecio con toda mi alma, pero esta vez... con mi corazón compungido te digo que "Te quiero". Te quiero Pepe, te quiero señor director. Te llevaré en mi corazón como aquel héroe que me ayudó y me enseñó a volar. Descansa en paz.
Para su mujer e hijos y resto de familiares, siento muchísimo la pérdida. Os acompaño en el sentimiento.
Atentamente, antigua alumna de José Piedra Méndez, año 2014-2016.
-Dasha-".
Pepe marcó mi infancia. Como dije en mi despedida, es un hombre que ha luchado por su familia, por sus compañeros de trabajo y sobre todo ha dado millones de oportunidades a sus alumnos. Es un tutor ejemplar, tiene arte para expresar lo que debes entender. Y en mi caso, he tenido la oportunidad de aprender de él. Vivir sin importar el mañana, vivir con una sonrisa.
Cuando pasé a quinto de Primaria me dijeron que iba a ser mi tutor. Decía "Qué miedo que mi profesor sea el director, tengo que comportarme como tal, no quiero que me expulsen". Descubrí al poco tiempo que es mi ángel guardián. Siempre me dijo que la clase que le marcó fue la nuestra. Ocho niños intranquilos que le dimos demasiado trabajo en su último año. Pero sabéis qué... disfrutó como si fuera un niño pequeño. Nos cuidó como hijos, cuidó a sus profesores como hermanos y dejó a sus herederos como un espejo. Llenos de vida y con ganas de comerse el mundo.
Pepe, querido director... Te doy las gracias por haber luchado y no dejarse rendir tan fácilmente. Te doy las gracias por ese precioso corazón y todas las virtudes que nos dejaste ver. Te recordaré el resto de mi vida como mi sabio. Recordaré que fuiste para mí como un padre y yo sé que para ti fui una alumna muy especial. Gracias, gracias... nunca te olvidaremos.
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