Fanatismo político
Pocas cosas me desconciertan tanto como el fanatismo político, me sorprende cómo hay personas que se entregan tan ciegamente a proyectos políticos, partidos, ideologías o, peor, a una persona.
Aunque en sectores como el deporte esté tan normalizado y esté bien visto llamarse fanático, el término fanatismo se refiere, según la RAE, a un "apasionamiento y tenacidad desmedida en la defensa de creencias u opiniones, especialmente religiosas o políticas", lo que básicamente significa que un fanático tiende a defender y exacerbar la posición propia contra cualquier opinión contraria, perdiendo todo el sentido crítico sobre aquello de lo que se es fanático.
Y es justo esta pérdida de criterio racional sobre los temas políticos que se defienden que se vuelven peligrosos para la sociedad. Por experiencia cercana, el fanatismo político puede llevar a las personas a enfrentarse a todo su entorno, incluso a su familia, si estos no están de acuerdo con su visión política.
Por eso creo que es muy importante prestar atención a aquellos sectores políticos, sin importar el bando, que buscan convertir en fanáticos a sus simpatizantes, ya que una jauría de fanáticos cegados por una visión cerrada puede llevar a cualquier sociedad al borde del abismo.
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