Opinón para todos
Horrible: Que causa horror; muy feo; muy intenso o acentuado; muy malo, pésimo. El Diccionario de la Real Academia Española define la palabra horrible con estas cuatro acepciones.
El pasado 14 de mayo leo la opinión, del Sr. Alejandro Ortea en su columna, sobre la actual alcaldesa de Gijón, Sra. Carmen Moriyón, a la que tilda de horrible cirujana. Aquí terminó mi lectura de ese apartado. Yo creo que como opinión, nada acertada, incluso vulnera la profesionalidad y los conocimientos de esta señora, médica de profesión. Todo el resto de su opinión deja de tener valor y no merece el tiempo de su lectura, pudiendo ser más o menos acertada.
Todos tenemos derecho a dar o expresar nuestra opinión, pero sobre la base de una realidad; los conocimientos de este señor en materia de sanidad pienso que son más bien escasos o nulos, y, por tanto, su opinión no tiene ninguna base ni fundamento. Supongo que habrá una legión de mujeres de Gijón que podrán atestiguar por muchas razones el buen saber de la Sra. Carmen Moriyón en su profesión y en su lucha por mejorar la vida de las pacientes con el terrible cáncer de mama.
El 21 de mayo vuelve a dar su opinión sobre otros temas. Uno de ellos, sobre la jura de bandera del pasado sábado en El Náutico, lo denomina como una ceremonia que tiene un aire antañón impropio de estos tiempos, es decir, muy viejo e impropio. Opino que antiguo y muy propio.
Sus opiniones son hirientes para quienes no pensamos como él. La enseña nacional enorgullece a los habitantes de un país, excepto en España, donde se la respeta más bien poco. Afortunadamente, aún hay actos que recuerdan los juramentos o promesas prestadas en nuestros años jóvenes. Actos cargados de sensibilidad y, sobre todo, de mucha emotividad. Claro que para ello hace falta una identificación, en este caso, con la bandera española, y haber vivido momentos, los que la época de cada uno nos hizo vivir. Sin olvidar que estos profesionales son los que un día pueden tener que dar su vida por los ideales de la democracia y de la libertad; por tanto, nos deben merecer el máximo respeto. Compartir con ellos la jura de bandera es un orgullo.
Rectifique, por favor, sea un poco más profesional, vertiendo opiniones sobre cosas importantes, sobre temas que preocupen a la ciudad y a sus habitantes, opiniones para todos y de todos. Y, sobre todo, respáldelas con hechos veraces y constatados. No se quede en las descalificaciones baratas y procure no ir contra quien tiene otra opinión o forma de ver la vida. Porque tenga la absoluta certeza, en mi modesta opinión, de que no se merece un espacio tan prominente del diario LA NUEVA ESPAÑA.
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