No lo veo ni rojo ni azul, lo veo negro
Algunos habíamos pensado siempre que en democracia tanto derecho tenían a exponer en el Parlamento nacional sus ideas y forma de entender la manera de gobernar los de una tendencia política como los de otra. Viendo lo que últimamente está pasando, tengo que reconocer que al menos yo estaba equivocado.
El jueves 30 de mayo, tuvimos que ver el lío que se montó en el Congreso con motivo de la aprobación de la ley de amnistía, yo diría "ley de perdón y premio", a unos políticos que hace casi siete años se tomaron las leyes del país como algo propio e intentaron invertir el orden y nuestro estado de unidad y convivencia como ciudadanos de una misma nación que, mal que les pese, se llama España. Ahora que la cosa ya fue aprobada, hay opiniones y críticas de todo gusto; quienes son partidarios de lo que ahora aprobó parte del Parlamento alegan que con eso España toma el camino de la concordia; quienes piensan que es un gran error le recuerdan al actual presidente del Gobierno que él mismo hizo campaña electoral prometiendo lo contrario de lo que ahora da por bueno. Entre tanto, los españolitos de a pie, si dejamos nuestra ideología en el trastero y pensamos con cierta racionalidad, creo que tenemos sobrados motivos para quedar perplejos. Podrán decirnos unos y otros lo que les venga en gana, pero quienes queremos vivir en paz y con los mismos derechos en nuestra autonomía que en cualquier otra pensamos que alguien nos ha colado un gol en fuera de juego. No soy futbolero, pero, empleando términos futbolísticos, entiendo que el jueves 30 de mayo a España y los españoles nos han cambiado las normas de juego en mitad del partido. El tiempo nos dirá si esto es cosa de azules o coloraos; yo, en este caso, me olvido de Campoamor y sus "dos linternas", y lo veo gris tirando a negro.
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