Agradecimiento a Adolfo Camilo Díaz, gerente de Cultura en Corvera
Escrito de agradecimiento a nuestro director de los talleres de teatro en Corvera.
Dicen que es de bien nacidos ser agradecidos. Por eso, con este escrito, tanto Tono como yo queremos mostrar al gerente de Cultura, Adolfo Camilo, nuestro agradecimiento al finalizar este curso de los talleres de teatro.
A veces nos acostumbramos a las facilidades y la comodidad de que te lo den todo hecho y nos olvidamos de que toda dedicación que nos ofrecen sin coste alguno por nuestra parte es un tiempo que le quitamos a quien generosamente lo da, como es el caso de nuestro jefe.
Los talleres de teatro son terapéuticos, te ayudan casi sin darte cuenta y proporcionan enormes beneficios: agilizas la mente, memorizas (en mi caso, es un decir), interactúas con los compañeros y compañeras, sufres cuando la mente se queda en blanco y te alegras cuando todo sale a pedir de boca.
Tanto Camilo como todos nuestros compañeros y compañeras sabéis que estoy aquí por Tono, soy su telonera, y cada frase que dice en el escenario es un gran logro para él y un orgullo para mí y para su padre.
Mi papel es de apoyo, sin más pretensiones, y eso me hace sentirme más libre.
Yo no puedo pararme a estudiar textos ni quedar a ensayar muchas veces, como hacen los compis, porque Tono marca mis tiempos.
Mi agradecimiento al jefe es enorme porque no puso ninguna traba para que Tono, en el año 2018, comenzase al teatro como uno más.
Cuando empezó a los talleres sé que tanto para ti, como director nuestro, como para los demás teatreros Tono era una incógnita que os generaba dudas, por no saber cómo reaccionar con él.
Siempre digo que la falta de información es lo que genera dudas y miedos, lo mejor es hablar de ello para saber a qué atenerse. Y ahí seguí con mi apostolado en lo referente a las DC.
A día de hoy, Tono cada vez está más suelto encima del escenario, eso es gracias a todos los teatreros que han tomado nota de las características de Tono y gracias a ti, jefe, por hacerle sentir uno más dándole su protagonismo.
Lo que tendría que ser normal lo hacemos extraordinario porque estamos tan acostumbrados a que le pongan palos a las ruedas que cuando le dan su sitio (que es o debería ser el de todos) no podemos más que agradecerlo de corazón.
Muchísimas gracias por tu paciencia, por tu dedicación, por tu empatía, por tu cercanía, por hacer que Tono se sienta uno más. Muchas gracias por ser como eres. Nadie es más ni menos que los demás. Como siempre digo, todos tenemos DC. Y cada uno da lo mejor de sí mismo.
Jefe, tú das mucho a cambio de nada, por eso qué menos que agradecerlo con estas palabras de esta juntaletras que hace escritos que salen del alma.
¡Te queremos, jefe!
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