El Sporting y su entrenador
Puede que no sea el momento de escribir esta carta recién clasificado el equipo para el play-off de ascenso, pero es que hay muchos que pensamos que se logró a pesar suya y no me gustaría que se pusiera medallas y fuera proclamando por ahí que sabe mucho de fútbol.
Es usted una persona con suerte. Nunca vi a un entrenador con la bula que usted tiene con los dirigentes del club para hacer y deshacer sin ninguna experiencia en la Segunda División española.
He oído decir que tiene al vestuario con usted y a lo mejor es una de sus virtudes, aunque relativamente, porque puede que sea debido a que es demasiado condescendiente con los futbolistas y no les transmite en el campo la intensidad necesaria que se requiere para disputar un partido. Es lo que vemos todas las semanas con el juego horizontal y para atrás y falto de mordiente con que juega el equipo.
Digo esto porque, como al militar se le exige valor, al futbolista hay que exigirle que no tenga miedo y dispute las pelotas divididas; en definitiva, que tenga espíritu de sacrificio y sea competitivo. Pues eso usted o no lo ve, o no le interesa, y eso es lo primero que tiene que apreciar cualquier entrenador que se precie. Si no ve eso, para mí sobra todo lo demás. Pues faltos de esas virtudes tiene en el equipo bastantes futbolistas y, curiosamente, son los salidos de Mareo, que ya vienen así de fábrica, blandos a más no poder, con todos los defectos que describí más arriba y que usted pone a jugar todos los fines de semana por delante de futbolistas curtidos y con más calidad y agallas como de aquí a Lima. La demostración de profesionalidad que dio Roque Mesa este fin de semana es para que se lo haga mirar, sin darle bola en toda la temporada y luego echándole flores con un fariseísmo digno de su verborrea, que esa es una "cualidad" de los entrenadores modernos como usted, puro marketing, y que de las cosas más básicas del fútbol ni se enteran. Supongo que sabrá que al equipo de este año lo mantienen el portero y la defensa, todo ellos veteranos, traídos de fuera y que son un ejemplo para los jóvenes, a los que no se les pega nada.
Hablando de Mareo, por lo que vamos viendo no cambia nada, mucho gasto de dinero en infraestructuras para más aburguesamiento de los que allí entrenan y con resultados cada vez peores. No por dar facilidades para entrenar van a salir mejores futbolistas si los que eufemísticamente llaman técnicos son como usted; es decir, empachados de tácticas y de tecnicismos futbolísticos y que no saben inculcarles amor propio y lucha en el campo. Siempre digo que se den una vuelta por Lezama o Zubieta.
Dan ganas de dejar de ir al fútbol con lo que está haciendo el grupo Orlegi estos dos años. Es como si Fernández no se hubiera ido, actúan tal cual, solo que ahora sacan la moda de recurrir a la afición para que les hagan recibimientos y despedidas multitudinarias para luego no corresponder con un mínimo de juego. Tienen suerte con la juventud que va al fútbol, que, generación tras generación, son los que tienen ilusión y a los que les va la marcha. Nosotros, los veteranos, también fuimos así, pero con los años queremos algo más y ya no comulgamos con ruedas de molino. Se habla de la no renovación del mejor defensa por falta de dinero (siempre escatimando con los buenos), y renuevan a las medianías de la casa. No son a desprenderse de los futbolistas que no dan la talla, que son muchos (problema endémico en este club), y fichan tarde y mal. La historia es la misma de siempre, solo que estos dirigentes y técnicos de ahora quieren que traguemos sus supuestas buenas intenciones. Las buenas intenciones son gastar el dinero en buenos futbolistas. Todo lo demás sobra.
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