La depresión en la estación del amor
¿Por qué los depresivos estamos más deprimidos en ciertos meses del año? ¿Es cierto eso de la depresión estacional? ¿Qué es la distimia? ¿Los ánimos depresivos se acentúan durante los meses de otoño y primavera? ¿Por qué?
A bote pronto, la primavera es la estación del amor. ¿Es o no es así? Y si lo es, ¿por qué lo es? Dejando esta cuestión a un lado, si la primavera es la estación del amor, no es normal que el hombre o la mujer, cuyo estado frecuente de ánimo tiende a la depresión, y ello le hace aislarse de la gente y ser una persona más solitaria, sienta una caída mayor en sus emociones en esta época del año.
En primavera, las temperaturas aumentan. Hace mejor tiempo. La gente sale más. Las calles, las terrazas y los parques vuelven a llenarse de gente. Pero este no es el caso de la persona deprimida y solitaria, que sale poco o no sale. Ver cómo la gente vuelve a salir de sus madrigueras invernales y ocupa los espacios públicos afecta al depresivo, pues en su soledad siente que no forma parte de ese movimiento de personas primaveral. Sin profundizar mucho en ello, puede ser esta una de las primeras razones por las que la depresión se agudiza en primavera.
Esta puede ser la razón social de la bajada del estado de ánimo en tiempos primaverales. La persona deprimida, y por ello solitaria, es más consciente de su propia soledad. Y eso duele. Pero ¿qué más puede haber más allá de lo social? El amor. Vuelvo, ¿no ha sido siempre la primavera la estación del amor?
"Que por mayo era, por mayo, cuando hacer la calor
Cuando los trigos encañan y están los campos en flor
Cuando canta la calandria y responde el ruiseñor
Cuando los enamorados van a servir al amor".
"Romance del prisionero".
Anónimo, siglo XV.
Las temperaturas suben, el clima es más suave, las personas salen más a la calle. Las chicas y los chicos se quitan los abrigos y las chaquetas. Descubren al público más parte de sus cuerpos. Brazos y piernas. Escotes y espaldas. Con las temperaturas, la sensualidad y el deseo sexual aumentan. Tanto en unas como en otros. Y ahí está el viejo refrán español: "La primavera, la sangre altera".
Otra vez vuelve la triste historia del hombre, de la mujer deprimida y solitaria, cuya depresión le impide; le hace querer pero no poder, acercarse al amor. Si el acercamiento social es difícil -puede ser muy difícil-, aún lo es más el acercamiento íntimo, esencial para una relación amorosa.
Pues si la persona deprimida se siente aislada y desconectada de la demás gente, aún más alejada sentirá la relación cercana e íntima con una persona del sexo que desee.
Así, la desconexión social y la dificultad para el acercamiento íntimo hacen que la persona cuyo ánimo es normalmente más depresivo que el de la media se sienta aún más deprimido que durante el resto de las estaciones del año.
¿Y qué dice la ciencia?
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