Con sinceridad, al señor Cascos
Mire usted, señor Cascos: En un principio, consideraba una buena idea que usted encabezara la lista electoral para el Principado de Asturias; pero a tenor de los últimos acontecimientos, estimo, personalmente, que aun siendo persona cualificada para el cargo, ha quedado totalmente descalificado para optar al premio de dicha «poltrona».
Tras los reiterados intentos de don Ovidio por espacio de tres legislaturas, y los evidentes fracasos cosechados, me pregunto quién recordaba en estos momentos tal cúmulo de aburridas decepciones. Ahora que el ambiente se muestra favorable al Partido Popular, merced al descalabro político del PSOE, se acude súbitamente a tratar de ocupar cargos o a impedir que otros los desempeñen.
Señor Cascos, sé que usted me entiende a la perfección, faltaría más, y por tal motivo le ruego, por favor, que evitemos en la medida de lo posible contemplar desaciertos políticos de idéntica magnitud a los sucedidos en los años 1998 y 1999, peripecias que me obligaron a comentar el asunto como si se tratase de un juego pueril, cándido y trivial. Le decía al señor Marqués, públicamente, que considerara la idea de huir del grave error que supondría una aventura política a todas luces legal pero con un sombrío futuro, condenado irremisiblemente a la división. A la vista están los resultados de tales devaneos políticos, fracaso y división ¿Pretende usted, señor Cascos, actuar del mismo modo que el señor Marqués? Es obvio que le ampara la legalidad vigente, pero créame que, en el caso de adoptar la decisión que nos ocupa, los resultados se antojan similares.
Para que conste donde proceda, le manifiesto que no soy afiliado al PP, básicamente porque dicho partido no ha querido, no ha entendido o no ha tenido tiempo para dar contestación a mi escrito de intenciones. No obstante, he votado y votaré al partido al que, por aquellas fechas era usted su secretario general y yo concejal del Ayuntamiento de Langreo por la extinta Coalición Popular (1979-1983). ¡Qué tiempos aquellos! ¡Ah! Y sin cobrar un duro...
Con la esperanza de que sabrá entenderme, reciba un cordial saludo.
Marcelino Calvo Joglar
Sama de Langreo
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