El omnisciente, omnipotente y omnipresente señor Villa
Me entero, no sin cierta perplejidad, que el gran sátrapa José Ángel Fernández Villa obtiene más del 99% de votos favorables a su gestión; mentiría si dijese que no me esperaba ese ardor y ese cierre de filas a favor del caudillo. Su andadura político-sindical está trufada de todo tipo de disparates, con lo cual espero que algún día en las facultades de Sociología puedan estudiar la extrema habilidad de este líder mesiánico.
Con este arrollador apoyo de sus correligionarios se sitúa usted en el Olimpo de los elegidos, Stalin, Kin-Sung, Nicolae Ceaucescu, etcétera. Todos éstos comparten apoyos análogos al cosechado por su persona. Ya sé que los voceros y acólitos de su persona responderán que este congreso se sustancia con métodos democráticos. Falso de toda falsedad. Los aparatos de partidos y sindicatos controlan con mano de hierro los congresos, la participación asamblearia suele ser ridículamente escasa y es lo que posibilita, entre otras cosas, que se den estas anomalías democráticas. Pienso que la profesionalización de la política y el sindicalismo es una monstruosidad específica de nuestro tiempo, haciendo que de manera persistente los diferentes cargos vengan siendo los mismos y perpetuándose por décadas.
Solamente el acatamiento ciego y el respeto alucinado a la organización piramidal explican la sumisión incondicional al dirigente; no es posible que en un grupo social la crítica quede relegada de manera indeleble. Cuando alguien como usted, señor Villa, solapa la acción sindical y política, surgen intereses personales y corporativos de unos pocos que se benefician de la ingenuidad de la mayoría. Los libros de Historia están llenos de personas que en su día fueron agasajadas y sólo el paso sereno del tiempo fue el juez que las puso en su lugar. Por cierto, para cuándo una palabra de conmiseración para las víctimas de la etapa más sórdida de la democracia española, cuando usted era un altísimo dirigente del PSOE, en concreto miembro de su comisión ejecutiva federal, esa funesta época en la que se enterraba a las personas en cal viva o se troceaba al país en interminables casos de corrupción.
Y una última consideración: un líder social como es usted y con acceso a los púlpitos de opinión de manera regular no sería malo que se pronunciase respecto al bandazo antisocial en el que está metido su partido, ¿o es que avala con su inquebrantable adhesión al patricio de Zapatero en su alocada política de recortes sociales? Éstos y otros posicionamientos son los que la sociedad espera de un primer espada como es usted.
Juan Carlos Sevilla Chica, La Felguera
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