Pues, claro, boba
Recordatorio. Te amo para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto como verte feliz.
George Sand
Como este escribidor es un tanto charlatán, no recordamos a ciencia cierta si hace tiempo os contamos que cuentan que una princesa llegó al matrimonio ayuna de cualquier experiencia amorosa/sexual. Lo cierto y verdad es que en su noche de bodas quedó más que complacida: verbigracia, entusiasmada. Y dicen que ya al alba (siempre propicio a conclusiones) o durante una tregua de la noche la princesa preguntó a su pareja:
–Y esto, ¿también lo hacen entre la gente en general?
–Pues, claro, boba.
–Entonces, príncipe mío, ¿de qué se quejan?
En fin, queridas/os lectores, que no sólo de pan (con crisis o sin crisis económica) vivimos en este planeta. ¿Verdad?
Despedida y cierre. Desgraciadamente, con la noticia horrible respecto a la que apenas comenzado este 2011, en la localidad segoviana de Torrecaballeros, zas, salvajada al canto (otra más que acaba de registrase en esta España vuestra, en esta España nuestra, suicidándose seguidamente el presunto asesino; un hombre, ¿un hombre?, marido de la víctima y padre del adolescente).
Cara y cruz hoy, en la chiquirritina Tacita.
Érase una vez.
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