Mujeres en las redes: Tras los pasos de Hedy Lamarr
La historia recuerda a Hedy Lamarr como una actriz estrella de Hollywood. Sin embargo, lo que muchos no saben es que Lamarr también fue la mente brillante detrás de la primera versión del espectro ensanchado, precursor directo del WiFi. Sin esta innovación, las redes sociales serían solo ciencia ficción digna de la novela “El juego de Ender”, de Orson Scott Card.
La tecnología continuó avanzando y, en 1996, se creó la primera red social, SixDegrees. Este fue solo el principio de una transformación que cambiaría para siempre la manera en la que nos comunicamos, la información que compartimos y cómo el mundo está interconectado. La revolución de las redes sociales ha tenido un impacto profundo, especialmente en la vida de las mujeres.
Un primer gran impacto es empoderar a las mujeres con una voz poderosa y la capacidad de compartir sus historias y experiencias a nivel global. Este empoderamiento ha sido evidente en movimientos como el #MeToo, que ha destacado la magnitud del acoso y la violencia de género. Gracias a la viralidad de estos movimientos, se ha generado un cambio tangible en la sociedad y una mayor conciencia sobre estos problemas.
Sumario: En el Día Mundial de la Redes Sociales que se celebra cada 30 de junio
Destacado: Las redes sociales tienen un impacto directo con la creación de comunidades para dar apoyo y solidaridad, o para impulsar la conciliación
Otro problema que atañe a las mujeres es la exigencia de equilibrar el trabajo profesional y las responsabilidades del hogar, cumplir con las expectativas de la maternidad, o la imposición de un sentimiento de culpa si no se tienen hijos. Se espera que las mujeres sean como la semidiosa Wonder Woman, con expectativas irrealizables. Lo ideal sería repartir el trabajo familiar al 50%, y se está avanzando hacia esa equidad, pero aún falta mucho recorrido. Las redes sociales tienen un impacto directo mitigando esta descompensación en el hogar con la creación de comunidades para dar apoyo y solidaridad, o para impulsar la conciliación.
Un ejemplo personal esclarece este punto. Hace un tiempo encontré en Instagram la forma para reinventarme y así poder tener una carrera profesional exitosa y estar presente en la vida de mis hijos: la asistencia virtual. Tras unos meses de estudio y prácticas me lancé a la aventura en busca de mi primer cliente. También en Instagram encontré un evento de Networking al que, afortunadamente, asistí. Allí encontré a mis primeros clientes a los que ayudé con la edición de sus “reels”, creé imágenes con inteligencia artificial para decorar sus centros y creé una página de aterrizaje. Por si fuera poco, en ese mismo evento promocionado en las redes también entré en contacto con la Asociación Mujeres de Empresa. La pertenencia a esta asociación me ha regalado un espacio donde compartir experiencias de valor incalculable por venir de mujeres con increíbles trayectorias profesionales, asesoramiento para mi empresa y establecimiento de conexiones con otras emprendedoras.
No se puede cerrar este artículo sin mencionar a Linkedin, red de profesionales por excelencia. Allí encontré una gran clienta con la que colaboro mensualmente, ayudándola en tareas administrativas y creativas. Las redes sociales son plataformas que pueden ayudarnos a dar grandes saltos profesionales y a crear conexiones laborales fundamentales.
No hay que olvidar los métodos tradicionales, el “face to fase”, ya que la magia solo existe en el universo de J.K. Rowling. No debemos olvidar que las redes y los encuentros físicos no son excluyentes, sino que pueden y deben ir de la mano. ¿Podríamos vivir únicamente online, solo en las redes? Sí, pero desde luego no sería sano. Los humanos somos seres sociales que necesitan contacto físico. Por otro lado, las redes sociales son una herramienta poderosa y valiosa, ya sea para desahogarnos en una comunidad, buscar ayuda o crecer profesionalmente. Una cosa no quita lo otra.
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