No hay que poner la mano en cualquier sitio
Su madre y su hermana murieron atropelladas por un borracho. Hoy la he visto, la piel blanca, translúcida. Busco desesperadamente una experiencia divertida sin ninguna importancia, me burlo de mí mismo, ella ríe por generosidad, y un fugaz rayo de luz atraviesa las persianas de sus hermosos ojos grises. Veo en ellos a su madre, y ella lo nota; me besa y se va. Camino hacia el hospital; es por la rehabilitación de la mano derecha. Sueño despierto otra vez ese sueño turbio. Cierro la mano apretadamente; me duele. Una mujer joven cruza la calle frente a mí, habla sola. En la esquina alguien me propone colaborar contra el terrorismo apoyando económicamente a un partido político. Le digo que para eso está el Estado, y me dispongo a descubrir su identidad, pero el individúo huye.
Echo un vistazo en el quiosco o papelería: mujeres asesinadas por aquí y mujeres estupendas en cueros por allá, y, además, muchas mujeres gobernando. Sube la vivienda y la delincuencia, baja el paro... no, no baja nada, la IA cubrirá todas las vacantes. Nos van a dar... nadie nos va a quitar. No me concentro, ¿no era España un país milenario?, ¿se ha de romper para algún bien general? No, creo que se trata de un negocio. Hay que modernizar la justicia... No, por favor. Somos un Estado confesional, ¿o no?, porque la Iglesia se confiesa, sabe que la pederastia y la homosexualidad son pecado (1 Timoteo 1:9-11). La corrupción aquí y allá también. Se extiende el hambre en el mundo... vuelve la tuberculosis.
Bush llora arrepentido... no, no, no dice eso. Los muertos de las guerras esta semana más los del tabaco... el calentamiento global... eee, ¡basta! Ya estoy dándome el baño de parafina en la mano. Me mareo, ¿cuántas veces la he introducido?, no sé... esto arde. Vuelve el mal sueño... la pared blanca... o gris... sombras... oscuridad. Oigo voces: "Parecía normal estos días atrás", "sí, todos parecen normales... ya despierta". "¡Oiga!, ¡oiga!, que se ha jugado la mano". "Déjalo. No sé qué le pasa a esta generación, que no se adaptan. Los cambios les han venido grandes; en fin, lo que tuviera que hacer con esta mano ya no...".
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