Cuando el socio no importa y solo es negocio
Me gustaría hacer pública, por medio de esta carta, la indignante situación que nos ha ocurrido a mi hermano y a mí (y a otros muchos) la tarde del día 27 de junio, como socios del Real Oviedo, que lo somos desde 2009. Nosotros somos accionistas, renovamos el abono completo cuando la pandemia sabiendo que no íbamos a poder ir al estadio y llevamos años, muchos, sentados en nuestros actuales asientos de la Tribuna Lángara, a la altura del centro del campo. Pues bien, cuál es nuestra sorpresa cuando ese día sin previo aviso nos indican con un correo electrónico (ni siquiera una llamada, ni ninguna comunicación previa) que debido a unas obras de mejora (¿mejora para quién? Para quien pueda pagar un palco VIP) nuestros asientos desaparecen y seremos reubicados.
Lo vergonzoso del tema llega cuando nos indican nuestra nueva ubicación, Ería Alta impar 491, fila 20, asientos 203 y 205. Para quien no conozca el estadio, la fila 20 de una esquina arriba del todo del estadio, es decir, nada absolutamente nada que ver con lo que teníamos.
Entiendo que haya que hacer obras, que nos puedan tener que reubicar temporal o definitivamente, pero, entonces, por un mínimo de respeto hacia aquellos que hemos estado en los peores momentos del equipo y que llevamos aquí bastante más que el Grupo Pachuca, deberían hacerlo en un sitio similar a aquel del que nos privan. No pedimos un palco VIP, ni estar sentados junto a las autoridades, solo queremos seguir apoyando al Real Oviedo desde un asiento decente.
¿Ven adónde quiero llegar? El socio antiguo ya no importa. Solo importa el negocio y la gente con dinero. Por desgracia, nosotros nunca podremos disfrutar esos palcos VIP que van a situar en el lugar en el que tantos años hemos estado pasando frío y animando al equipo. Y como “premio” el destierro a una esquina del estadio, arriba del todo. Perdón, qué digo “premio”, castigo. Sí, castigo por ser fiel, castigo por ser socio sabiendo que no podríamos ir al estadio, castigo por poner nuestro granito de arena cuando el club más lo necesitaba, castigo por no tener contactos ni dinero para pagarnos un palco VIP. Y ahora a esperar a que alguna otra persona decida no renovar, porque entonces, con suerte, nos podrán caer unas migajas (con todo el respeto a los abonados que no renueven y nos permitan cambiar de sitio), y cambiarnos a un sitio mejor.
Realmente no nos creemos que no haya libres en el estadio un par de asientos juntos mejores que los que nos han dado, pero cuando las cosas se hacen sin pensar en la gente de a pie, la que está ahí en las buenas y en las malas, ocurren estas situaciones.
Nos sentimos indignados, maltratados, estafados, y lo peor no pensamos que esto fuera a venir del nuestro equipo, aquel al que tanto amamos y con el que tanto sufrimos, aquel de cuyas bondades tanto presumen los nuevos gestores. Pues no, no habéis estado a la altura y os dará igual, pero necesitábamos hacer público este agravio, porque habrá otros socios en la misma situación y a los que les gustaría algo de apoyo.
Por cierto, éramos tres, mi tío disfrutaba el fútbol con nosotros, a él no lo cambian. ¿Y ahora qué?
Arturo Álvarez-Buylla Escobar (socio 4.108) y Javier Álvarez-Buylla Escobar (socio 4.109)
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