Pasa, pasa, que te enseño mi casa
El tema alquileres siempre fue complicado, pero de un tiempo a esta parte está que arde. Encontrar un piso en moderadas condiciones cada vez se convierte más en una carrera sin fin. En vez de mejorar, va para atrás, como los cangrejos. Se ha hecho viral un vídeo casero de un chico que en Holanda tiene la cocina frente al plato de ducha, en la misma estancia. O sea, mientras se lava sus partes, puede darle la vuelta al revuelto de ajetes. Tiene el baño en el pasillo, fuera del fabuloso piso. Comparte sus efluvios con una italiana, que digo yo que, ya que es extranjera, de paso que aproveche y aprende un poco idiomas. También están estos pisos que según entras ya tienes que ir de lado como si te hubiera dado un aire por lo abuhardillado que está, te tienes que duchar en cuclillas y pobre de ti como te suene el timbre mientras duermes y te levantes deprisa, que el coscorrón que te llevas no te lo quita nadie. Todavía me acuerdo cuando me destinaron a Salamanca, bendita ciudad estudiantil, donde una hostil señora me enseñó la cocina con una nevera que no cerraba y, al decírselo, sacó una cuerda sin darle más importancia para cerrarla de esa manera; luego el piso que tan campante mientras veías la televisión te atravesaba una cucaracha; los que tenían el colchón en forma de U (debieron de dar mucho salto del tigre ahí, porque vamos) y sin olvidar a un señor cojo que tras subir varios pisos para enseñarme el apartamento, me descubre todo ufano la cocinilla dentro de un armarito empotrado. También te pueden enseñar un piso con inquilino dentro, a ver si le convences tú para que se vaya, y el que es tan oscuro y tenebroso que se podían reunir a hacer una quedada allí todos los espíritus del cementerio, a pesar que te dijeron que tenía "mucha luz". La Odisea no es nada en comparación con lo que hay para contar sobre esto. Y ya no hablemos del vecindario, barrio y documentación que piden para entrar. Esto lo llamo yo subsistir y no lo que pone en el Art. 47 de la Constitución Española.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo