Envejecimiento de la población
Según las últimas noticias -aunque no son nuevas-, las proyecciones de envejecimiento de la población asturiana (35% en 2039) asustan por lo que significa de necesidad de recursos, infraestructuras y medios para atender a tantas personas mayores.
Como muestra ya tenemos la realidad actual con un 25% -seis puntos más que la media nacional- de mayores de 65 años, con unas listas de espera en consultas en torno a las cien mil e intervenciones quirúrgicas por encima de las veinte mil. El panorama de la sanidad pública es descorazonador.
Es verdad que el Gobierno regional lo está intentando, contratando más profesionales, ampliando las peonadas por las tardes, derivando más pacientes a la sanidad privada/concertada... pero es como matar “moscas a cañonazos” pues las rebajas que se producen en las abultadas listas quedan anuladas por nuevas entradas, producto muchas veces de una insuficiente atención primaria.
Los desembarcos en el mercado sanitario de grupos como Quirón y Ribera son un síntoma de hacia dónde deriva la pública, pues supongo que tendrán los estudios adecuados para prever que el sistema irá a peor y terminará colapsando: por hartazgo de los pacientes que cada vez más acuden a los seguros privados o por la propia incapacidad de los gestores públicos en deshacer la madeja, viéndose obligados a derivar cada día más a quienes invierten en salud como negocio.
Si añadimos el estado de la dependencia, con cada día más personas mayores pendientes de residencias porque en sus domicilios no tienen familiares para atenderlos y faltan cuidadores profesionales, es el anticipo de la tormenta perfecta para una población donde los que disponen de recursos propios resolverán pero aquellos que tengan pensiones mínimas sufrirán.
Hago un llamamiento a las fuerzas políticas responsables para que no pierdan el tiempo en dimes y diretes, analicen la situación con realismo para llegar a un pacto con los agentes sociales que establezca compromisos económicos y calendario para evitar un colapso en sanidad y dependencia, dos pilares básicos del Estado del bienestar. No pueden seguir engañando a la ciudadanía sobre un problema que nos afecta directamente y produce descrédito de la clase política, porque la verdad está ahí fuera.
No cabe duda que el resto de las CC AA está igual o peor que nosotros, lo que hace necesario que el Estado tutele medidas urgentes para salvar esta difícil coyuntura.
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