El problema de los pisos turísticos en las comunidades de propietarios
De un tiempo a esta parte cada vez se oye más hablar del problema que generan en las comunidades de propietarios los denominados “pisos turísticos”. Ahora parece que ciertos colectivos de propietarios empiezan a movilizarse en protesta de la proliferación de esa forma de hacer negocio alquilando algo que no es totalmente propiedad de los arrendadores.
Una cosa es arrendar un chalé o una casa o finca aislada del resto de viviendas y otra bien distinta es arrendar un piso o vivienda en un edificio de propiedad horizontal. En estos últimos el arrendador es dueño de la vivienda que arrenda y, a la vez, copropietario con el resto de componentes de la comunidad de los “elementos comunes”. Por tanto, someter al resto de propietarios a los inconvenientes y molestias que en ciertos casos pudieran generar los turistas arrendatarios de viviendas en edificios de propiedad horizontal, en mi opinión, solo debería permitirse con la aprobación de la totalidad de propietarios del inmueble.
No puede ser que por el egoísmo de un propietario en querer hacer negocio con su vivienda el resto de propietarios tengan que sufrir las consecuencias de posibles juerguistas o cantamañanas que están de vacaciones y quieren disfrutar sin límite de su estancia en cualquiera de nuestros pueblos, villas o ciudades. Pienso que las autoridades deberían regular cuanto antes esta cuestión, dando prioridad a la conveniencia o intereses de la comunidad de propietarios en su conjunto. De seguir así, en mi opinión, el problema llegará a situaciones de difícil retorno. Además, se debería tener en cuenta el perjuicio que se está ocasionando al colectivo hotelero, que paga sus impuestos y da trabajo a muchas personas.
José Luis Álvarez Lauret
Gijón
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