La Corona, concordia y estabilidad
Estamos celebrando los diez años del reinado de Felipe VI, un rey prudente como Felipe II. Su Majestad el Rey don Felipe VI es prudente, deportista, culto y plenamente actual, España es Europa, es potencia cultural y económica, nación que salió de una dictadura, con el inestimable timón y ayuda del emérito rey Juan Carlos, persona entrañable y muy querida, a pesar de sus claroscuros. Ahora hemos pasado a un estilo de reinado caracterizado por el estilo contemporáneo cercano, transparente, dinámico y tradicional, muy vinculado y promotor, con éxito, de causas culturales y sociales que prestigian el buen nombre de una España estable, una España que debería mejorar en igualdad, cultura cívica, salidas laborales para los jóvenes, problemas de vivienda y articulación autonómica, desarrollable también sobre principios de coordinación y flujos entre los territorios del Estado.
La España de nuestro actual Jefe de Estado es la España del lnternational Mobile Congress de Barcelona, del portal de la RAE de civilización hispánica y sus hitos, de una actividad cultural incesante, promotora de ciencias, letras, moda y raíces, de encuentros empresariales basados en sectores tecnológicos punta, de visitas a barrios humildes, cumbres iberoamericanas, apoyo presencial a zonas que han sufrido catástrofes naturales, encuentro con colectivos de todo tipo que reflejan la diversidad social y de mentalidad de un país respetado, tolerante y democrático. Don Felipe VI, el monarca más preparado académica y militarmente de la historia, es persona muy serena, afable y exquisitamente cortés, sin ser demasiado cálido, es sinceramente cercano, con una gran seguridad ganada con los años, con “autorictas” muy agradable, con una gran imagen y una inmejorable proyección de nobles valores éticos de “servicio, compromiso y deber” en una España europea, europeísta, de vocación hispanoamericana y comprometida con el mundo occidental de seguridad, defensa y cimientos inequívocamente democrático-liberales con sensibilidad social.
Como asturiano, quisiera destacar, como timbre de honor, la excelente, sin duda, ya reconocida, labor, ideas y aires frescos que ha traído nuestra elegante y profesional Reina doña Letizia, una mujer, todavía joven, cultísima e inteligente, comprometida con causas sociales que nunca habían recibido atención, como las enfermedades raras o el campo de la salud mental, una persona con voz propia y voto, al tanto de globales tendencias que cuentan en el campo de la cultura, la igualdad de las mujeres, la cooperación internacional y el mundo cultural y de creación. La monarquía, glamur en el acto de presentación de las credenciales del cuerpo diplomático extranjero en el Palacio Real, en cenas y actos de Estado, bajo la batuta del protocolo y la etiqueta, también es visita a comarcas de toda España, entrega del premio “Pueblo ejemplar” de la muy arraigada y universal Fundación Princesa de Asturias. La Jefatura de Estado española actual es siempre embajadora de buena voluntad de nuestra nación plural Y reino, constituyendo una de las más prestigiosas bazas y valores de la España actual. Una España, que no es perfecta, pero que ha mejorado infinitivamente estos años de paz, estabilidad, libertades y derechos democráticos.
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