El Gobierno se lo toma a broma
Un nuevo ejemplo para escépticos reincidentes es el hecho de que el amado presidente de nuestro decrépito país haya propiciado la feliz coincidencia de que la operación salida de vacaciones y la operación entrada de una nueva "normativa de seguridad para los ascensores" (Real Decreto 355/2024), comenzara justo el día 1 de julio.
Los optimistas saldrán echando pestes por las supuestas derramas, pero se les pasará enseguida porque se van de vacaciones.
Los pesimistas saldrán eufóricos porque se van de vacaciones, pero enseguida se cargarán de negatividad por las derramas que les esperan a la vuelta.
A nuestros sufridos políticos, que se dedican, los pobres, a sus asuntos diarios trabajando de sol a sol (en Asturias de nube a nube) hasta el agotamiento por la atención, protección y servicio de la plebe, que Dios los bendiga.
Personalmente, soy un adulto semifuncional con las herramientas justas para arreglar mi propia vida y no me dejo intimidar por algunos trágicos y derrotistas que insisten en que acabaremos por soportar tiempos de penurias paralizantes bajo el asedio impositivo de este Gobierno, comiendo ratas y cinturones de cuero para sobrevivir. Total, solo es una derrama, otra más.
Todo porque, según la nueva ley, nos veremos obligados a pasar una especie de ITV de ascensores que puede suponer un pellizco doloroso en nuestra cuenta de ahorros.
Se propone en este real decreto realizar algunos controles y no menos de estas siete medidas que deberán implementarse en los ascensores:
1) Nivelación deficiente. 2) Movimientos ascendentes incontrolado.; 3) Barreras infrarrojas laterales. 4) Adaptación del contrapeso. 5) Dispositivos de control de sobrecarga. 6) Comunicación bidireccional en cabina. 7) Sustitución de guías.
Según la Asociación Empresarial de Elevadores del Principado de Asturias, hay en Asturias 30.000 ascensores, de los que unos 27.000 (el 90% del total), serán los que tengan que cambiar algunas piezas para cumplir con las medidas de seguridad.
Las inspecciones técnicas habrán de realizarse cada cuatro años en los ascensores residenciales de más de 4 plantas o más de 20 viviendas, y cada seis años, en el resto de casos.
Se estima que «la mayoría de comunidades se gastarán entre 2.000 y 4.000 euros», cantidad a dividir entre el número de propietarios, siendo la mayor carga económica para los ascensores instalados antes de 1999, que, en función de las piezas a cambiar, podrían llegar, aunque "sería una completa excepción", hasta los 20.000 euros.
Dado que un nuevo ascensor medio rondaría los 30.000, los vecinos, en algunos casos excepcionales, quizás tendrían que plantearse la conveniencia de comprar un nuevo ascensor.
Por otra parte, aunque la norma ya está en vigor, desde el Colegio de Administradores de Fincas destacan que habrá que esperar a la revisión del ascensor, ya sea la ordinaria que se realiza cada cuatro años o la extraordinaria posterior a una emergencia, para ver qué tiene que hacer cada comunidad.
Simplificado el contenido, supongo que no tendrá la osadía de preguntar a quién le toca pagar esta fiesta, porque esa pregunta tiene una respuesta evidente para cualquiera con un coeficiente intelectual superior al de un mosquito, "okupas" aparte: usted se hará cargo de los gastos, y en exclusiva, ya que por el momento no existen ayudas a las que acogerse. Fácil de explicar, dificilísimo de entender.
A este paso, tal vez sería mejor desarrollar una autoflagelante adicción a la droga y vivir bajo un puente hasta que llegue una pareja de municipales y le expulsen del lugar.
De allí se dirige a una peña de culés y, tal como actuaría cualquier torturador que se precie, se pone a relatarles las hazañas europeas realizadas por los merengues The Real Globetrotters en su champions nº 15. Sabrá lo que es el miedo y las emociones fuertes.
Me pregunto, ya puestos a multiplicar la recaudación, por qué no sacan alguna ley que obligue a instalar detectores de monóxido de carbono para prevenir accidentes y muertes que sí se dan de vez en cuando. ¡Ah, que un detector no llega a 100 euros! Poco que "extraer".
Tampoco espere que el ejecutivo vaya a proporcionarle datos estadísticos de muertes y accidentes de ascensor en los últimos 30 años que justifiquen la oportunidad de esta Ley, porque es una obviedad que el sistema extractivo de este Gobierno es una broma permanente que pagamos todos.
Pero claro, como diría el histórico Gila, "si no sabe aguantar una broma, váyase del pueblo". Pues nada, a tragar.
Saludos cordiales
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