Los políticos y la inmigración
Politizar un tema tan delicado como el de la inmigración es, a mi entender, querer ganar votos con el dolor ajeno.
Yo fui uno de los muchos miles de españoles que en los años sesenta del pasado siglo emigraron, no al otro lado del charco, sino a Alemania, y sé un poco de la situación en que uno se encuentra cuando llega a un país ajeno al suyo, con otro idioma y unas gentes con mentalidad a veces totalmente diferente a la de uno; por tanto, entiendo la tragedia de esas pobres gentes que se suben a una barcaza e intentan llegar a nuestras costas jugándose la vida durante días de navegación, en circunstancias superlamentables.
Nosotros, entonces, lo hacíamos en tren y con la seguridad de llegar a un sitio donde nos esperaban, ya que íbamos con toda la documentación en regla y un contrato de trabajo en alguna de las muchas industrias alemanas necesitadas de mano de obra en aquellos años. Esta pobre gente que llega a nuestras costas parece ser que vienen indocumentados y algunos de ellos son menores sin familiar alguno que los acompañe. De otra parte, al estar indocumentados, tampoco sabemos si son todos personas de fiar, o si entre ellos viene algún delincuente o loco de atar, con la intención de vivir aquí de lo ajeno. Los menores, al no poder ponerse a trabajar, han de ser atendidos hasta su mayoría de edad a costa del erario público; los mayores llegan a un país con un alto porcentaje de desempleo y, al no tener ni el idioma ni permisos de trabajo, supongo que tendrán que buscarse la vida en lo que puedan. Otro problema es el de la vivienda, ¿dónde vamos a alojar a toda esa gente? En fin, que, de hacerse los graciosos con este tema, nada de nada; es lo bastante serio y complicado de solucionar y lo que se necesita por parte de los políticos es unión en busca de soluciones. Estas pobres gentes dan mucha pena, y una vez aquí debemos respetarlas, pero España no tiene capacidad para solucionar las miserias de África, así que menos bromas y menos ¡y tú más! Soluciones positivas cuanto antes es lo que se desea ver de los políticos, y no ocurrencias facilonas para salir del paso.
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