No nos llevamos ni un euro
Desolación y desamparo de los exdirigentes de UGT de Asturias, sentimiento que me es bien conocido desde 1984. Antes de entrar en detalles de qué ocurrió en 1984, permítanme decirles que en aquella época leí el libro de "Eichmann en Jerusalén" de Hannah Arendt, y comprendí cómo podían sentirse los judíos cuando por ley dejaron de ser ciudadanos.
Resulta que, tras haber cotizado durante años a la Seguridad Social como docente de Enseñanza Secundaria por ser docente del Ministerio de Trabajo en los centros de FPPE del Inem; en 1984, la ley de medidas para la Reforma de la Función Pública declara que solo son funcionarios docentes en el Estado español los del Ministerio de Educación y Ciencia. Como afiliado a FETE-UGT les mostré mi indignación por: ¡cómo era posible que a los profesores de los trabajadores se les considerase no docentes! Entonces me aplicaron legalmente los estatutos y, como no docente, me trasladaron a la FSP. Siguieron entrando en vigor nuevas leyes y los centros de la FPPE se vaciaron de docentes funcionarios, llenándose de expertos docentes como "docentes no docentes, fijos discontinuos". Algunos funcionarios seguimos dando clases porque no nos podían quitar del puesto de trabajo al que opositamos si no lo pedíamos.
Eichmann no había dado muerte personalmente a ningún judío, los hechos juzgados fueron el traslado por tren de los judíos a los campos de concentración. En nuestro caso se trata del traslado de fondos de formación: aunque no se llevaran ni un euro. Hannah Arendt veía anormalidad en aquel juicio. Pues Eichmann solo era una comparsa y con ello se desviaba la atención de lo que realmente debería ser juzgado: ¿cómo se llega al totalitarismo? Yo siento lo mismo ante este juicio a los exdirigentes de UGT de Asturias, que nada podían ver incorrecto arrastrados como estaban por la tendencia de décadas del uso fácil de cuantiosos fondos de formación recibidos por el Inem desde la UE. Fondos que recibía por ser el único agente oficial ante el CEDEFOP para España (bien se cuidaron para que no los recibiera el Ministerio de Educación y Ciencia). Ese fue desde el principio el propósito: esos fondos no debían ser masivamente utilizados por centros públicos, sino masivamente transferidos legalmente a centros colaboradores: principalmente a los de los AASS (como IFES). Acostumbrados al amparo legal para tanto despropósito, algunos responsables de la UGT de Asturias se equivocaron de asiento, la UCO hizo su difícil trabajo y el Juzgado de lo penal nº 3 encuentra el uso impropio de más de 938.000 euros entre 2010 y 2014, siendo ratificado por la Audiencia Provincial.
Sin embargo, los jueces solo pueden aplicar la legalidad, no pueden hacer justicia frente a las leyes injustas e interesadas que desde aquella de 1984 se publicaron para usar legalmente los fondos de formación europeos: ¿cuántos miles de millones de euros de beneficio hubo durante décadas en los centros colaboradores haciendo los asientos legalmente, dejando lastrada la formación permanente de los trabajadores e impidiendo un desarrollo eficaz de nuestra economía y situación? ¿Cómo se llegó a ello y por qué? Juzgue la sociedad: ¿dónde estamos, cómo estamos, dónde deberíamos estar, y quiénes son los responsables de la marginación del concepto de formación permanente ocupacional? Algo que fue sepultado y no resucita en España.
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