Personal de servicio prescindible
Hacer lo que quiero, después de más de sesenta años haciendo lo que quieren los demás, es lo que me hace feliz hoy, por eso mismo, el pasado fin de semana opté por visitar Parque Principado, muy cambiado y modernizado con respecto a mi última visita, hace algunos meses, con el objetivo de efectuar algunas compras.
Una mareona de gente, música animándote a comprar, carteles con imágenes de compradores felices y sonrientes y pantallas por doquier repitiendo el mismo mensaje que me extrapola a “Un mundo feliz” de Huxley. El personal reducido a un empleado o vigilante o asesor y... punto.
Mi cerebro no deja de recibir una lluvia de mensajes subliminales para alimentar mi ego, que yo percibo tal y como sigue:
Bienvenido, es usted el imbécil de turno que cree a pies juntillas en nosotros, su comercio favorito. Confórmese con entender la mitad de lo que escuche si desafortunadamente no le acompaña nadie que entienda la otra mitad. Gracias.
El hecho de que compre en nuestras tiendas le define a usted como un ciudadano inteligente y bien informado. Enhorabuena.
Pensando exclusivamente en usted, en su comodidad y tiempo disponible, hemos reducido el número de artículos por cliente con el objetivo de evitar, en su beneficio, largas colas y los consiguientes cuellos de botella.
Nuestro departamento de marketing lo ha “petao” con una genial idea: Prescindir del cajero humano en nuestras tiendas.
A esos empleados que solían hacerlo todo por el cliente, dándole un toque personal y casi familiar, los hemos despedido para privilegiarle a usted con el autopago, previo abono por su parte de un módico precio de fidelización de tan solo 99,99 euros al año. Todo lo hacemos por usted.
Como sabe, los robos y las quejas nos han obligado a tomar otras decisiones drásticas para protegerle, y esta es una más.
Antes, para represaliar a indigentes, asociales y ladrones, los guardias de seguridad iban con un silbato y unas esposas; ahora los hemos dotado de chalecos antibalas, armas y media docena de cargadores de munición, todo a cargo de la empresa porque usted ocupa nuestra mente las 24 horas del día y aquí tiene la prueba.
Le damos las gracias por su comprensión, colaboración y por aceptar nuestros consejos de cómo ahorrar siete euros al año, siguiendo dos mil sencillos pasos... ¡Buena compra!
¡Increíble! Es una parodia, pero también un hecho constatado que las tiendas dejarán de tener empleados y los clientes tendremos que pagar para trabajar gratis para ellas. Así es como funcionan.
Cuelgan imágenes de caras felices por todas partes mientras despiden gradualmente a los empleados y crean disfunción funcional. Luego alegan crisis económica e instalan medidas de austeridad para empeorar aún más las cosas... “en nuestro beneficio”.
Pruebe a ir a un McDonald’s a comer una Big Mac y le dirán que tiene que hacer de camarero, autoservirse, pagar, recoger y, si me apura, fregar.
Ahora están incorporando IA (imitación automatizada) para reemplazar a todos los molestos empleados humanos y convertirnos a nosotros, clientes con derechos, en sus esclavos privados... sin derechos. Mentiras y verdades, así es como funciona “cebo y cambio”. El cebo es fomentar un vínculo emocional que atraiga a los seguidores al cambio. Y lo están logrando.
Tuve que hacer un opresivo ejercicio de contención para esquivar el destino de miseria, servidumbre e ignorancia que por nacimiento me corresponde, antes de abandonar el lugar sin comprar nada de lo que había ido a comprar.
Quizás el próximo gran acontecimiento sea una cruzada contra la gente que usa calcetines y sandalias. Si lo piensa, tiene mucho sentido.
Saludos cordiales.
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