La patata caliente de Zapatero
Ya anuncia que anunciará el asunto de su relevo en el Gobierno.
Ya anuncia que se harán por fin los cambios necesarios para superar la crisis económica, la que anunciaba que no existía, la que después anunció que despuntaba, y la que ahora anuncia desmesurada.
Ya anuncia que se dispondrá a hacer lo que anunció más pronto que nunca. Los consejos desde el exterior se convierten ahora en mandatos. La intervención parece aproximarse.
Zapatero se ha consagrado como el líder de los anuncios y de las promesas vaivén, de esas que vienen y van y nunca se quedan. Líder del descrédito, de la desconfianza, de la agonía.
Mientras tanto, y desde hace tanto, nos sigue entreteniendo haciendo malabares y dejando pasar el tiempo diciendo lo que no hace y haciendo lo que no dice.
Mientras tanto, aquellos que se atreven a encarar los ajustes presupuestarios pagan caro por hacerlo.
Mientras tanto, quien presume de «medir los tiempos» con tanto primor como desacierto ha conseguido ir inflando la «patata caliente» para que, a su tiempo, le llegue a estallar de pleno al partido que le sustituya en el Gobierno.
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