¿Un libro sin autor?
Uno de esos grandes enigmas de la vida en los que da pereza pensar podría darnos respuestas para entender lo que está pasando y hacia dónde vamos. La molécula de ADN contiene los genes, las instrucciones para construir un cuerpo humano único. El ADN almacena tanta información que una cucharadica contendría las instrucciones para construir trescientas cincuenta veces la población mundial. El destacado filósofo Antony Flew, tenaz defensor del ateísmo durante medio siglo, dio un giro radical. A sus 81 años empezó a creer que una inteligencia tuvo que haber intervenido en la creación de la vida. ¿Qué propició el cambio? Un estudio del ADN. Cuando se le preguntó sobre la incomodidad que su nueva filosofía podría causar en la comunidad científica, respondió: "Lo siento. Toda la vida me he guiado por el principio de seguir la prueba adondequiera que lleve".
Supongamos que aceptáramos ese mismo principio en todas las cosas; el mundo entero se volcaría entonces en un compromiso con la naturaleza, con la vida, con el prójimo, con la justicia, con la paz... un Edén, una delicia de vida. ¿Por qué?, porque funcionaríamos de acuerdo con el maravilloso diseño de quien nos ha hecho. ¿El Creador de un universo tan impresionante ha renunciado ya al mundo que creó?, por supuesto que no, pero no nos va a obligar a aceptar las pruebas, ya que nos hizo con libre albedrío. ¿El resultado que nos anuncia?: Una vez probada la incapacidad de vivir sin Dios, y de estar unidos en el bien común, antes de que nos destruyamos y arruinemos la vida en el planeta, la vida se abrirá para el que quiera vivir como un verdadero ser humano, destruyendo este terrible sistema, por eso: "Cesar de amoldaros a este sistema de cosas; más bien, transformaos rehaciendo vuestra mente, para que probéis para vosotros mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios" (Romanos 12:2). Nos dice esto el Autor del libro de la vida.
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