Asturias no puede aceptar de ningún modo ese trato de privilegio para con Cataluña
Pedro Sánchez será capaz de todo (cuando digo de todo, es todo) para seguir en el poder. Las concesiones a Cataluña para investir a Illa sobrepasan incluso a todo lo anterior, como fueron indultos, dar impunidad a fugados, corruptos y delincuentes, con una amnistía a medida de esos delincuentes y corruptos; es más, ellos la exigieron, redactaron y aprobaron. Es hasta insultante el condonar deudas a esos independentistas por sus despilfarros descarados: en embajadas, mantener todo el status del fugado Puigdemont durante años, malas gestiones, subvencionar aquella sedición y revueltas, corruptelas como las del clan Pujol, precisamente del mismo partido de Puigdemont, al que cambiaron de nombre para disimular... Es que lo de este individuo es sin disimulo alguno, hablo de Pedro nuevamente, incluso oponiéndose a sí mismo, ya que en campaña electoral decía completamente lo contrario, solo cuando necesitó de esos seis escaños del partido de Puigdemont empezó a desarrollar ese plan de reírse de todos los españoles, de nuestra democracia, del Estado de derecho, de la igualdad de todos ante la ley, de la separación de poderes y, lo que es aún peor, de un partido que lleva en sus genes el reparto equitativo de la riqueza, la solidaridad entre territorios y el respeto por la palabra dada. Sánchez representa otra cosa, nada que ver con un socialdemócrata. Es un arribista, un principiante a imitar a los Maduros de turno.
Imaginen que después de los conciertos y concesiones especiales (privilegios forales) del País Vasco y Navarra, ahora se suma Cataluña, después será Valencia, Madrid... ¿Por qué no? Baleares... ¿Qué les queda a las demás comunidades? En un sistema depredador y disgregador al que llaman federalismo, pero que no es más que la descomposición de un país tal y como lo conocemos.
Descentralizar todo deja sin opciones de supervivencia a las comunidades que por ellas mismas se verán incapaces de sostener un sistema de bienestar que sí disfrutará Cataluña por obra y gracia de un sujeto capaz de todo con tal de aferrarse al poder. Lo simpático de caso es que Cataluña pide repartir sus deudas, que los demás se las perdonemos, con lo cual se las pagaremos entre todos, pero, eso sí, las ganancias, su recaudación será para ella solita. No me dirán que no es hasta de gilipollas.
Es una pena que Asturias, que tiró durante más de un siglo de las demás, ahora por un patán con afán de poder y unos separatistas que no pueden ver al resto de españoles, sea una de las grandes perjudicadas; sin que este presidente alcahuete de Sánchez, el señorito Barbón, no alcance a decir más que "no lo ve"... pues véalo: sin ese reparto entre territorios, ¿cómo sostendremos los mismos servicios públicos fundamentales?
Otra parte de la Constitución que salta Sánchez:
"El Estado garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad, consagrado en el artículo 2 de la Constitución, velando por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo, entre las diversas partes del territorio español, y atendiendo en particular a las circunstancias del hecho insular".
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