El déficit de Asturias
En la Nueva España del día 19 aparecen dos noticias sobre Asturias que a mí me parece que están muy relacionadas. Una se titula "Avilés: La variante ferroviaria costará 382 millones y saldrá a información pública en marzo". La otra "Autonomías: otra vuelta de tuerca". Y subtitulada: "Los expertos plantean ... reordenar el sector público y subir los impuestos como vías para reducir el déficit regional".
La primera noticia nos informa de casi 70.000 millones de pesetas para una obra tan peregrina y prescindible como soterrar unas vías en una población de algo más de 70.000 habitantes (¿a donde irá realmente esta inmensa cantidad de dinero?) . Una población que lleva 100 años con las vías como están, habiendo pasado así los años 60/80 de su auge económico, en los que era un hervidero de gente y actividad, sin que esto haya sido nunca mayor problema. Y ahora, con su actividad disminuida, y en plena bancarrota general, parece imprescindible esta obra de 70.000 millones que habremos de pagar entre todos. Y en la otra noticia los expertos planteando subir los impuestos como vía para reducir el déficit regional. Habrá que elevar la edad de jubilación a los 75 años para tener de donde sacar para pagar esto. Y los políticos y las eléctricas pactando unas subidas descomunales del recibo de la luz para poder ponerle luego a las eléctricas unos impuestos extraordinarios (ecológicos dicen con sorna y cinismo) para sacar dinero público para seguir despilfarrando.
Y mientras tanto, los asturianos con los bolsillos esquilmados entre el paro y la espiral de impuestos para sostener este despilfarro, con una capacidad de gasto drásticamente disminuida. Y por tanto, la inmensa mayoría de pequeñas y medianas empresas del tejido económico de la región, empresas que no trabajen directamente para la administración o para la exportación, sino para el consumo interno, para los asturianos como clientes, como la construcción de viviendas y empresas auxiliares, todo el comercio y muchas otras empresas de transportes, productoras, etc, con una clientela económicamente depauperada, sin dinero en los bolsillos, y por tanto sin volumen de negocio, quebrando y mandando a sus empleados al paro. Una espiral de caída de la economía regional. Y estas obras faraónicas que se llevan todo ese dinero a donde tengan su central las grandes empresas que las realizan, con mano de obra subcontratada de cuadrillas portuguesas porque es mucho más barata (como en el superpuerto de Gijón), dinero que se gasta lejos de aquí en pagar grandes primas a Ronaldo o Mouriño. Y los trabajadores de aquí en el paro. Todo esto es demencial.
Y mientras tanto Alemania, gestionada por políticos con cabeza, ahorrando e invirtiendo con decencia y saliendo de la crisis y creando empleo, sin nadie en paro. Por favor, que vengan políticos alemanes a gestionar nuestra nación.
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