La fuente vandalizada del parque de Toral de Allande

Corren malos tiempos para la verdad. Hubo una época, no tan lejana, en la que cuando a un político se le "cazaba" en una mentira flagrante, si no dimitía "motu proprio", era obligado a hacerlo por sus propios correligionarios. Desgraciadamente, en la actualidad, la mentira es utilizada como arma política de uso común, formando parte de planteamientos tanto tácticos como estratégicos.

Buena prueba de ello es el magnífico uso que de esa herramienta ha realizado el presidente del Gobierno más mentiroso de la era moderna en España, Pedro Sánchez Castejón, al cual es más sencillo contarle las pocas verdades que dice que las innumerables mentiras con las que, de manera efectiva, mantiene narcotizada a una buena parte de la población.

La mentira es utilizada de manera eficaz por los sátrapas que hoy gobiernan el mundo, como el presidente ruso, Vladimir Putin; el presidente de la República Popular China, Xi Jinping; Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, pero también por presidentes y primeros ministros que llegaron a dirigir sus respectivos países a caballo de la mentira, como Donald Trump en los EE UU, o Boris Johnson en el Reino Unido, ya felizmente desalojados del poder.

¿Y cómo lo logran? Pues, en mi opinión, cuentan con un elemento importantísimo, aquel que ha hecho un poco más fácil que la globalidad se haya convertido en una realidad para la humanidad: internet y los medios, cada vez más cercanos, sofisticados y sencillos de utilizar, con los que accedemos a las redes sociales, elemento prioritario de acceso a la información y, sobre todo, a la desinformación.

Es a través de este conjunto de herramientas con las que políticos, empresarios y activistas sin escrúpulos manipulan a los más vulnerables, envenenándolos con sus mentiras con el único objeto de enfrentarlos con su vecino y, a veces, hasta con su familia.

Y a estas alturas de este escrito algunos se dirán: ¿pero esto no iba de la fuente del Toral? Pues sí, todo lo escrito hasta ahora viene a cuento de la polémica sobre la vandalización de la fuente del Toral y las mentiras que la oposición trata por todos los medios de "vender" a los vecinos de Pola de Allande.

Pero vayamos a los hechos. ¿Es cierto que la fuente ha sido vandalizada? En efecto, es un hecho indudable. Aunque más de una vez, dada su posición, sufrió daños no malintencionados, como la rotura de algún elemento, en este caso fueron unos destrozos terribles e intencionados. ¿Es la primera vez que ocurren hechos vandálicos en Allande? Desgraciadamente, no. Todos recordamos aquellos bancos del Toral que acababan en el río durante las fiestas del Avellano o el tiro al blanco con las luminarias. ¿Ha propiciado el actual gobierno municipal la vandalización de la fuente? Se sorprenderán de que me haga esta pregunta, pero es que en distintos foros de la oposición se ha dejado caer de manera sutil esta posibilidad, entre graves insultos a la Alcaldesa, hechos que ya han sido denunciados y que tendrán graves consecuencias para los que los han proferido. Obviamente, siquiera sugerir esta posibilidad es una afrenta. ¿Es cierto, como parece afirmar el exalcalde Mesa en la información publicada en LNE el día 7 de agosto, que la fuente vandalizada se reconstruyó en 2022 con restos de la antigua, de finales del siglo XIX? Pues no. Esa es una mentira grosera. La antigua fuente que estaba en esa ubicación era una pequeña fuente de mármol, de líneas sencillas y nada pretenciosa. El valor arquitectónico del elemento vandalizado era nulo. Se trataba de una fuente de bastante poco gusto, ajeno a las construcciones tradicionales asturianas, sin tampoco representar nada que se identificara con Allande o sus habitantes. En definitiva, un elemento extraño que cuadra a la perfección con la definición que la RAE tiene para la palabra "kitsch" (estética pretenciosa, pasada de moda y considerada de mal gusto). Decir que la fuente de hormigón que adquirió el exalcalde Mesa es una reconstrucción de aquella es un insulto a la memoria de los allandeses a través de una burda mentira, cuyo único objeto es enfrentar y malmeter, algo a lo que se dedica con ahínco desde que fue desalojado del gobierno del concejo. ¿Será reconstruida la fuente? Supongo que lo estará valorando la Corporación, aunque hay razones de peso para desechar esa posibilidad. Para empezar, se está a la espera de que la Guardia Civil, encargada de las investigaciones sobre la vandalización, finalice sus pesquisas. En segundo lugar, sus problemas de filtraciones y derrames producidos por el aire, que mantenían la zona de acceso al centro de salud constantemente húmeda, cuando no congelada, con el consiguiente peligro para los más vulnerables, parecen hacer difícil que se vuelva a ver el "pastiche" de nuevo en funcionamiento.

Una oposición responsable debe, en primer lugar, admitir las derrotas electorales de manera democrática; en segundo lugar, ejercer esa oposición denunciando, de forma razonada y educada, aquellas actuaciones que consideren, desde su punto de vista, desafortunadas, y en tercer lugar, ejercer una oposición constructiva, realizando propuestas de mejoras y actuar de palanca de presión con el Gobierno regional, de su mismo color, para tratar de atraer inversiones al concejo que contribuyan a mejorar la vida de todos los ciudadanos. Todo eso es mucho más sano que la mentira, la desinformación y la inoculación de odio y enfrentamiento.