Aparte de los temas resabidos, ¿queda alguno por comentar?
Puede que quede alguno, pero dudo que interese a una mayoría. Lo que molesta a una cultura o una tradición no interesa, aunque sea una verdad tan importante como para tenerla presente en nuestra vida. Es mejor dejarse llevar, que... total son cuatro días. Claro que cuatro días con esta política y esa parte de la sociedad sin alma cayendo hacia abajo en droga, en violencia contra los más vulnerables simplemente porque les estorban u ofenden o no tragan con sus intereses, como las mujeres, los niños, o sus propios mayores, pues eso...
También está esa sociedad que no afronta el calentamiento global o la contaminación que envenena los medios de subsistencia humana, porque para ellos lo que cuenta es sacar la mayor parte del beneficio ya, que... total son cuatro días. No le importan ni las guerras ni el terrorismo, ni el hambre que se podría remediar con un poco de consenso, solo le importa lo suyo. ¡Viva el dios dinero!
La verdad es que hay días que me propongo pensar en el precio del aceite o en el tranvía, o en el negocio de la política, pero... mis otros yos se me ríen. Formé parte del equipo de fútbol del Instituto Ausias March en Barcelona, o del equipo de mi empresa en Zaragoza, jugué al futbito con mis hijos y otros amigos cada semana durante diez años, pero... no vi la final de España contra Inglaterra, estaba agotado y me fui a la cama; ¿ser humano antes que aficionado?, puede ser, quizá por eso para divertirme he de tener el momento.
Sufro con las imágenes de la guerra en Palestina y la de Ucrania, aunque haya quienes pasen de todo. Sí, sí, lo sé, están en su derecho y en su cansancio. El régimen nazi aniquiló a seis millones de judíos y a millones de personas más, pero hablando sobre la reacción del ciudadano común, el sociólogo Zygmunt Bauman observa: "Los asesinatos en masa provocaron no un ruidoso torbellino de emociones, sino el silencio sepulcral de la indiferencia". Prefiero congratularme como Jesús: "Jesús... se conmovió en lo más profundo de su ser y se sintió angustiado" (Juan 11:33).
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