Alta tensión: el sábado, derbi asturiano

Ya ha llegado el temido derbi asturiano, máxima rivalidad y, diría, acompañado con “una manía exacerbada”; sí, señores, así es, que nadie se rasgue las vestiduras ni tiré la primera piedra.

A las personas que no les gusta el fútbol o lo ven poco y muchos de ellos no se preocupan por los resultados (algo loable) no les va y punto; yo los llamo neutros, es ese núcleo de gente que se pronuncia tipo: “Qué bien para la economía asturiana, los dos equipos en Primera”, o “Somos asturianos todos, tenemos que ayudarnos y llevarnos bien”. No les falta razón, los envidio, pero cuando uno lleva a su equipo en la sangre y en las entrañas con pasión, el automático te salta y sacas colmillo y no solamente en el derbi, sino a lo largo de toda la Liga.

Nos equiparan a Sevilla-Betis y, es cierto, Real Madrid-Barcelona en cabeza, y esos dos equipos andaluces y nosotros los asturiano inmediatamente detrás. Entre los dos equipos grandes madrileños existe fobia en menor medida, al igual que sucede con los equipos vascos.

¡Brutal!, pero real.

En LNE, así como en otros periódicos rezan muchas aseveraciones expresando que el Real Oviedo goza de la mejor plantilla (o una de las mejores) de Segunda División. José Alberto (Racing) dijo en rueda de prensa que veía al Oviedo como firme candidato al ascenso directo; comentaristas deportivos lo afirman; también Yáñez (Sporting) opina que el Real Oviedo posee muy buen equipo, eso se habla; sin embargo, y de momento, los oviedistas no estamos viendo lo mismo. Siempre reinó en la afición la objetividad, el realismo, los entrenadores se contagiaron, pusieron los pies en la tierra y muy críticos.

Hemos empezado mal la temporada , no nos gustamos. En el último encuentro contra el Racing no dábamos crédito: salimos enchufados, acabamos aplastados; vimos, resumiendo, un Oviedo desdibujado. Pensamos que los nuevos fichajes se tienen que “acoplar y entender” con los habituales con Calleja… todos ellos.

Nos toca el derbi en un momento para nada óptimo, pero somos el Oviedo.

La temporada pasada el comienzo fue de vértigo, mas llegó a Dios gracias Carrión y ahí llegamos a una final de ascenso por méritos propios a pesar de muchas zancadillas arbitrales… y no se debe decir, es que siempre estáis igual, si estamos igual es porque nos ocurre no una ni dos, sino en bastantes partidos, preguntadle a Tebas por qué nos tiene tanto cariño a la hora de designarnos esos árbitros.

Jugamos un soberbio play-off de ascenso; llegando a Cornellá con portería a cero, dos goles del Espanyol seguidos nos noquearon, no estábamos jugando bien más se intentaba, un gol nos llevaría a la prórroga… ¡no pudo ser!, ¿disgusto?, contesto que no exactamente, quizás sí en los más jóvenes, más que disgusto… “contrariedad y pesar” y esto ¿por qué?, fácil explicación, ahí va: Porque sentimos un exultante orgullo no solo en Asturias, sino en toda España dejando constancia de la grandeza de un Oviedo, una ciudad volcada y enloquecida con su equipo, lleno pleno en el Tartiere, las gaitas pusieron la piel de gallina, lágrimas de emoción, muchos fuimos los que lloramos, jóvenes, edad mediana y personas mayores que te deshacían al mirar sus caras. Melendi, radiante, emocionado, cantó su himno transmitiéndonos, contagiándonos un elevadísimo pundonor, España entera nos consideró como una afición ejemplar, elegante y, cómo no, sufridora (eso se sabe de sobra). El Real Oviedo agrada.

Y después de este rollo para algunos macabeo (ja, ja), lo escribí para concluir a donde quería llegar.

¡Sí se puede! ¡Somos el Oviedo!, el equipo que salió del barro; cambiaremos el rumbo de este feo y desconcertante comienzo. Confiamos en un enderezamiento de grupo mostrándose ya “en equipo” en toda la extensión que conlleva esta palabra. A Calleja le rogamos que los instruya para salir con garra, con cabeza y demuestren lo que saben y son capaces de hacer en el terreno de juego. No dudamos de que lo harán para lograr en El Molinón un buen resultado.

No solo hace falta esto, sino, e importantísimo, justicia arbitral… Cazorla da en la diana: ojalá en el derbi no se tenga que hablar del árbitro. El Sporting no dudo que padecerá algún arbitraje malo, pero nada comparable a lo sucedido en el partido de la segunda vuelta de la pasada temporada en El Molinón; acabamos de verlo hace bien poquito, no es un zasca, es dicho por sportinguistas. Insisto, pasar pasa en todos los equipos, incluyo al Real Sporting, pero todos nos preguntamos: ¿Qué le pasa a Tebas con el Real Oviedo?, es hora de pegar un puñetazo en la mesa ¡basta ya, caramba!

Todos queremos un derbi tranquilo, sin incidencias, un ambiente sano, por supuestísimo un partido bonito, sin faltas marrulleras, respeto profesional y absoluto al jugador contrario y dejando bien clarito que el árbitro elegido para pitar el derbi sea superjusto y le entre en su cabeza que es un derbi con gran rivalidad y no se signifique mucho en su actuación. Resumiendo: que no haya nada que lamentar.

Te deseo y deseamos, querido Oviedín, mucha suerte, que gane el mejor limpiamente y que ese mejor, ojalá, seas tú.

Siempre acabo con las mismas últimas frases: El periódico LNE es un diario de todos los asturianos, por ello si alguien no está de acuerdo o le molesta algo de mi carta, adelante, pronúnciense. Y que quede más claro que el agua, al estadio de El Molinón no va a jugar la p… capital, va a jugar el derbi la capital del Principado de Asturias.

Feliz derbi, señores de ambos equipos, deseando que en un futuro merme la rivalidad con los dos equipos bien asentaditos en Primera División… ¿posible?

Un saludo a los lectores con todo mi cariño.