Pandemia digital
Cada vez que LA NUEVA ESPAÑA divulga en las redes sociales, especialmente lo veo en Facebook, el fallecimiento de alguien por algún tipo de accidente cerebrovascular, aparecen a los pocos segundos de su publicación unos perfiles como, por ejemplo, Eva Fernandez, Xanastur_79, Giovanni Salvatore, Santiago Alvarez Argüelles, y un larguísimo etcétera... que conectan esos fallecimientos con lo que llaman “la kakuna”, es decir, la vacuna del covid-19. Son equipos de opinión sincronizada, y las personas o persona que están detrás, están usando esa opción que da este periódico para hacer daño, propagar miedo, atraer a personas que puedan ser más propensas a ser atraídas por ese miedo y que entren en la rueda. Se llama astroturfing, el tuitero C de Context en Twitter lleva años destapando estas cuentas publicando capturas de mensajes de varias cuentas donde se originan este tipo de “mensajes”. Son el ejército de la opinión, el ejército que quiere que cambiemos de opinión. Es habitual que, muchos de estos perfiles, utilicen imágenes “bonitas” para hacernos creer que son personas “normales”, por ejemplo, flores, perritos, banderas españolas, ganado... de esta forma la gente corriente pensará que no son personas “ideologizadas o politizadas”. Lo más normal es que sea una misma persona la que maneja varios perfiles y opina, y con otro de sus perfiles responde a su comentario, y con otro perfil sigue la bola. Esta ingeniería tan básica se permite amparándose en un derecho muy importante del que disfrutamos en este país que es la libertad de expresión. ¿Se puede considerar libertad de expresión mentir sobre el fallecimiento del periodista Marcelino Gutiérrez González? Muchas de sus amistades tuvieron que leer cosas horribles, infundios, chaladuras, desinformación… relacionándolo con la supuesta muerte por la vacuna. Ya está bien. No es libertad de expresión cuando te escondes, manipulas, especulas, tergiversas y te escondes. Pido a la dirección de este, y de todos los periódicos, que desactiven los comentarios en este tipo de publicaciones, que investiguen los perfiles que lo hacen, que protejan a la ciudadanía de estos escarnios públicos éticamente inmorales y que se acabe ya con esta pandemia digital.
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