El "bridge" o "pont" de Ribadesella
Ribadesella es un municipio del oriente de Asturias, como la mayoría de los pequeños concejos la industria principal que existe es el turismo de temporada, la cual se reduce a los meses veraniegos de julio y agosto.
El rio Sella en su tramo final tiene dos orillas bien definidas, por la margen derecha está la villa y por la izquierda está la zona de la playa. Para unir ambas orillas se construyó un puente sobre el Sella, el cual es la meta del Descenso Internacional del Sella en piragua. Dicho puente cuando la guerra civil de 1936-39, es decir en el siglo pasado, fue destruido por “las hordas rojas y reconstruido por la España Nacional”. Esto que escribo estuvo muchos años en una placa de bronce al final del puente (próxima a la villa).
Con la llegado del régimen de las autonomías, dicha placa fue retirada por las autoridades del momento.
La España Nacional construyó un nuevo puente, con la ayuda de los presos políticos de la República, esos que vulgarmente llamamos “rojos”. Aplicando el álgebra o el producto matricial, llegamos a la conclusión siguiente: “Los rojos lo destruyeron y los rojos lo reconstruyeron”. Pero el mérito fue los Nacionales que dirigieron la obra. Dicho puente, como diría el sabio de mi padre, está vieyu y tien muches goteres. Yo, personalmente, esperaba que una riada fuerte de invierno se lo llevara, sin causar ninguna desgracia personal y así poder hacer un nuevo puente desde los cimientos.
Pero hablando con ingenieros de caminos, me dicen que eso es poco probable, pues está muy bien construido. (Hablamos de tecnología de 1940) Tiene muchos ojos. Cuando era piragüista y pasaba debajo del mimo, me fijaba que había pilastras que tenían los hierros del hormigón armado en contacto con el agua salada, lo que puede producir corrosión. El puente aguanta todos los avatares del invierno, pero es un puente obsoleto. En Ribadesella esperábamos por un nuevo puente, construido por un ingeniero de prestigio, algo singular y que pasará a la posteridad, pues es la meta del descenso en piragua más importante del mundo.
Hace pocos años el Gobierno de España (es la N-632) aprueba una reforma del mismo. Viene la ministra de Fomento a inaugurar las obras y a hacer política. Vamos a gastar el dinero de todos los españoles en una reforma del puente que va a solucionar pocos problemas. El carril bici no existirá, como nos dijeron “será todo el puente un carril bici”. Por lo tanto convivirán coches, motos, bicicletas, viandantes, niños con su carrito, etc. Es decir, de aquí sale un modelo para exportar a Europa.
El concejo de Siero está apostando fuerte por crear sendas para peatones y bicicletas. El Ayuntamiento de Oviedo empieza a copiar ese modelo, pero en Ribadesella vamos a contracorriente, optamos por el “totum revolutum”. Los pasos de cebra que hay en ambos lados del puente permanecerán, con el peligro que esto supone para la seguridad del viandante.
Se podía haber construido un túnel que conectase la zona de la Oficina de Información y Turismo con la zona del aparcamiento de “Les Rolles”. Así el peatón caminaría seguro y evitaríamos un punto negro para el tráfico. Las obras del “reformado puente” comenzaron hace un año, construyendo solo un acceso rodado en la zona del muellín para llegar al cauce del río en marea baja.
Después nada de nada, yo creo que la obra está parada. Será la obra del Escorial riosellano. ¿Qué diría Felipe ll si en su época tuviera que haber construido dicho puente?
El puente sobre el río Sella es como el electrón (dualidad onda-partícula) pues sirve para comunicar ambas orillas y como meta del Descenso en piragua más famoso del mundo.
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