Hijos de la «gran...»
Recordatorio. La vida está llena de infinitos horrores, los cuales no tienen necesidad de parecer verosímiles porque son verdaderos.
Pirandello.
Ayer (como algunas otras tardes) las dedicamos a resolver papeles en nuestros archivos. Verbigracia, hace tiempo (no recordamos exactamente la fecha) en Zaragoza un hombre de 44 años mató a su padre, de 62, de varios disparos para evitarle a su progenitor (según declaró el homicida) que conociera sus dificultades económicas. El cadáver fue encontrado sobre su cama presentando cara de absoluta sorpresa: no era para menos, ¿verdad?
Matar a su propio padre para evitarle el conocimiento de las carencias de dinero por las que atravesaba. A uno le vino entonces a la mente (y le viene ahora mismo) eso de que «hay amores que matan...».
¡Qué barbaridad de barbaridades! Maltrato a su mujer, padres, madres, abuelos/as. Crímenes de ciertos hombres (?). Hace falta ser desnaturalizados, amén de gentes sin corazón.
Amables lectores, vayamos ya a la despedida y cierre por hoy, cabreados, cabreados, cabreados a más no poder... Sí, porque aparte de lo recordado en las líneas precedentes, lo que han hecho uno o varios hijos de la gran ... en Arriate (Málaga) el pasado miércoles con la menor Esther (13 años, ciclo de cría) clama a todo lo habido y por haber.
Adiós. Hasta otra «Tacita». Érase una vez.
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