El sistema de sorteos de caza en Asturias: un modelo que vuelve a privilegiar a unos pocos
Este verano, el Principado de Asturias ha decidido volver al sistema de sorteos de sobrantes de caza anterior a la pandemia, un modelo que obliga a los cazadores a estar presentes físicamente en Oviedo cada lunes, a las 9.30 de la mañana. Este sistema ha provocado gran malestar entre el colectivo cinegético, que recuerda con claridad que durante la pospandemia se adoptó un enfoque mucho más equitativo, que permitía la inscripción por correo electrónico, limitando una solicitud por dirección de email. De esta forma, todos los cazadores, independientemente de su ubicación o recursos, tenían las mismas oportunidades para participar. Sin embargo, el regreso a un sistema que beneficia a unos pocos ha generado una oleada de descontento.
Un sistema que favorece a los privilegiados.
La decisión del consejero de Medio Rural y Política Agraria, Marcelino Marcos Líndez, de restaurar el sistema prepandemia ha reintroducido un esquema que favorece a un reducido grupo de cazadores privilegiados. Estos son los cazadores que tienen la flexibilidad para estar físicamente presentes en Oviedo cada lunes por la mañana, una condición que deja fuera a la mayoría de los cazadores, tanto asturianos como del resto de España.
Mientras que antes todos los cazadores podían participar en igualdad de condiciones a través del envío de un email, el sistema actual limita el acceso a aquellos que tienen el privilegio de poder presentarse en persona. Los clubes, asociaciones y cazadores que no disponen de tiempo o recursos suficientes para desplazarse semanalmente a Oviedo están siendo marginados. Esto refuerza una situación de clara desigualdad, donde un reducido grupo acapara las oportunidades, dejando de lado a la mayoría.
Una exclusión evidente para los cazadores comunes.
El nuevo sistema no solo está perjudicando a quienes no pueden estar presentes en Oviedo, sino que está consolidando una diferencia entre quienes tienen medios para participar y quienes no. Los cazadores comunes, que representan la inmensa mayoría del colectivo, no tienen los mismos privilegios que aquellos con más tiempo y flexibilidad para adaptarse a los requisitos del sistema. Esto crea una fractura en el acceso a la caza, con un modelo que claramente excluye a la mayoría.
Los clubes y asociaciones, que anteriormente tenían las mismas oportunidades que los individuos gracias al sistema electrónico, ahora se ven gravemente afectados. Estas organizaciones no pueden competir en igualdad de condiciones, ya que sus miembros no disponen del tiempo o los recursos necesarios para cumplir con las exigencias de presencia física. De esta manera, lo que era un proceso más democrático y accesible se ha transformado en uno que favorece a unos pocos, generando una mayor exclusión y marginación de la mayoría de los cazadores.
Frustración para todos: los privilegiados también pierden.
Lo paradójico de este regreso al sistema prepandemia es que incluso aquellos pocos que inicialmente impulsaron el cambio para recuperar ciertos privilegios ahora están insatisfechos. Aunque promovieron la vuelta al sistema presencial con la esperanza de tener más control sobre los sorteos, la entrada de gestores profesionales ha alterado el panorama. Estos gestores, contratados por cazadores que buscan maximizar sus oportunidades, presentan múltiples solicitudes en nombre de sus clientes, lo que ha reducido aún más las posibilidades de los cazadores privilegiados que promovieron el cambio. Así, el regreso al modelo anterior no ha resuelto los problemas de adjudicación, y la frustración es ahora generalizada, afectando tanto a los cazadores comunes como a los propios privilegiados.
Un sistema digital más inclusivo.
El sistema electrónico utilizado durante la pospandemia fue un ejemplo claro de cómo un modelo más moderno y accesible puede garantizar la equidad. La limitación de una sola solicitud por dirección de correo electrónico garantizaba que todos los cazadores, independientemente de su ubicación o recursos, pudieran competir en igualdad de condiciones. Era un sistema justo, transparente e inclusivo que ofrecía oportunidades reales para todos los participantes.
La solución a la situación actual pasa por reintroducir un sistema que elimine las barreras físicas y económicas que el actual modelo impone. El consejero Marcelino Marcos Líndez debe reconsiderar la decisión de regresar al sistema prepandemia y valorar la implementación de una plataforma digital o un sistema de inscripción por correo electrónico que permita una participación más amplia y justa.
En conclusión, el regreso al sistema de sorteos de sobrantes de caza en Asturias, impulsado por el consejero Marcelino Marcos Líndez, ha devuelto al colectivo cinegético a una dinámica de exclusión, donde un pequeño grupo de privilegiados tiene acceso preferencial a las oportunidades de caza. Durante la pospandemia, un sistema basado en la participación por correo electrónico demostró ser mucho más equitativo, permitiendo a todos los cazadores, independientemente de su lugar de residencia o situación económica, competir en igualdad de condiciones. Es momento de que el Consejero escuche las demandas de la mayoría y opte por un enfoque más inclusivo que garantice un acceso justo y equitativo para todos los cazadores.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

