Asturias habla
Quiero hablar. Hace demasiado tiempo que, ante mi, pasan todos los acontecimientos que se están dando en Asturias. Y casi todos son negativos, que no dan esperanza y que definitivamente nos hacen ser resignados. Resignados a perder.
No hace muchos años yo los viví, estábamos orgullosos de nuestra tierra, de Asturias. Pensaba que los habitantes de otras zonas de España nos miraban con envidia, pues éramos la tercera región en renta per cápita aún siendo de las más pequeñas en población. Hasta nos hacía gracia aquello de que nos llamaban Inilandia, por ser depositarios de un buen número de empresas con titularidad del Instituto Nacional de Industria.
Pero con la descentralización y las políticas autonomistas, se demostró que no nos merecíamos aquellos honores.
Comenzaron a crearse los partidos con servidumbre y vasallaje de los dominantes centralistas (o estatales) y los periféricos, y sobre todos, los asturianos con su falta de orgullo y sobre todo con las ansias de vivir del pasto fácil (es decir, sin dar palo al agua), comenzaron a ceder todos los derechos legítimamente adquiridos.
En el año 2004, tiempos de dominio socialista en su máximo esplendor, ahora en declive, tuve que escuchar de una socialista orgullosa de serlo y con motivo de un acto social en un ayuntamiento... que haces tú en un ayuntamiento socialista..., a lo que no me molestaba en contestar. Pensaba que esa persona no sabía que ayuntamiento significa donde se juntan todos. La máxima expresión de democracia.
A finales de 2010, otro orgulloso socialista, ante los comentarios públicos de la posible reaparición en política del señor Álvarez-Cascos, y al advertir mi simpatía por él, me escupe en la cara que es un fascista. Inmediatamente pensé: este pobre hombre no sabe lo que es el fascismo. No quise entrar en polémica ni en discusión, que sin duda por el talante del personaje, yo iba a perder.
No estoy dispuesto a seguir callado, y por eso ayer mismo me afilié a Foro Asturias.
Porque quiero hablar por Asturias, defender los intereses de Asturias.
Me gustaría que un político de la talla contrastada del señor Álvarez-Cascos liderara esta formación incipiente, pero si no fuera así, igualmente daré un paso adelante para hablar por Asturias, pues ya está bien que los políticos que, hasta ahora, representan esta bendita tierra, callen y otorguen por seguir en la poltrona ganando ese dinero fácil. Yo, desde luego, no se lo pienso poner tan fácil.
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