Incauto pero no tonto
En mi adolescencia recuerdo haber escuchado leyendas fantásticas sobre el mayor robo de la historia, referido al "oro de Moscú", al "oro de París" y al "tesoro del Vita", como si estuviera leyendo una novela de Julio Verne o "La historia interminable" de Michael Ende. Costumbres proletarias inexplicables, cosas de pobres, ya ven ustedes.
Más tarde fui encajando las piezas hasta completar el puzle con datos económicos y nombres intervinientes, invariables ambos, porque el hecho afecta por igual a ricos y pobres, listos y tontos, protésicos dentales y albañiles...
Por un lado, el saqueo de toneladas de oro y joyas del Banco de España y el Monte de Piedad (miles de millones).
Por otro lado, la incontinencia de presidentes socialistas de la República (Largo Caballero y Negrín o el ministro de Hacienda Indalecio Prieto), protagonistas de la acción.
Esta pasión desatada por el vil metal durante años de episodios delictivos sin ninguna consecuencia animó a personajes de todo pelaje arrimados al poder como garrapatas a rentabilizar a costa de todos circunstancias favorables habidas o sobrevenidas para su lucro personal.
Este proceder denunciable tuvo su continuidad en el "oro de Delcy", otro episodio fantástico, casi épico, que tuvo lugar en el aeropuerto de Barajas en circunstancias no suficientemente aclaradas (era de noche) y con un único, en apariencia, chivo expiatorio. Un socialista y el oro, otra vez.
El ministro Ábalos, curtido en mil batallas, incauto pero no tonto, ejerció de anfitrión con nocturnidad y secretismo, recibiendo él al "jet" privado de la vicepresidenta venezolana, al tiempo que en una maniobra desesperada, falta de estrategia y sobrado de soberbia, intentó colarnos una historia ficticia, peliculera y mentirosa.
La ministra M.ª Jesús Montero quiso entonces cubrirle con aquel: "¿Mentir? No, eso no es mentir. Esto es llevar los asuntos diplomáticos con discreción".
Más apoyo, esta vez del presidente Sánchez asegurando que "el Sr. Ábalos abordó de manera heroica una grave crisis diplomática, y la resolvió con éxito".
Lo mismo que si hubieran dicho lo bien que les parece que un ejército de ardillas transexuales ataquen a las ballenas gays con bombas nucleares. Humo.
Me noto contrito y triste, casi, casi quebrado por el llanto, glosando la desaparición y "exterminio" de un escudero fiel, incauto pero no tonto, que ha firmado, o le han hecho firmar, el finiquito del partido "sin indemnización". Solo un zombi sin emociones podría evitar emocionarse.
Celebro con las tórtolas, las escolopendras y los escarabajos peloteros el tremendo notición de que un informe reciente de la UCO reduce el cerco y certifica que Delcy Rodríguez contactó con el comisionista del "caso Koldo" para vender por 68,5 millones, 104 barras de oro de Venezuela (¿dónde están?), por valija diplomática.
Ábalos ha pecado de incauto, pero no es tonto y seguro que tiene un par de ases en la manga que pueden poner el país boca abajo. De momento ha pedido declarar ante el juez. Intuyo fibrilación irregular en la zona noble de Moncloa.
En definitiva, un superguión para Almodóvar que, sin gastar ni un euro en los personajes centrales (los extras salen todos de los ERE de Andalucía), va a mandar al rincón de la historia cinematográfica patria a los ilustres "Torrente" y Tony Leblanc.
Claro que como el oro ese provenga de la supuesta mina de oro de Zapatero ("mi príncipe", que diría Delcy), ni te cuento.
Aldama ya está en la cárcel, pero al final, Ábalos, incauto pero no tonto, tendrá que cantar la Internacional con partitura del hermanísimo y coros de votantes socialistas o se comerá él solo el marrón.
Estoy en ese punto de sentirme como un zombi antillano después de tanto tiempo enganchado a Tony Soprano, a Carmela (su esposa) y a su sobrino protegido Christopher, para que al final "otra familia" con mucho más tirón mediático, real, más cercana e interesante haya venido a ocupar su lugar, aunque esta vez sin premios "Emmy" o "Globos de oro", como "Los Soprano". Cae el telón.
Saludos cordiales.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo