Los viejos de ahora fueron lo máximo
Los que hemos vivido la dictadura, los que de niños vimos lo que era bullying a gran escala, de cuartel general, aquellos a los que el profesor, por no saber la lección, les daba estacazos a retorcer, y si ibas a casa quejándote, la escoba y el cinto saltaban por los aires, los que jugábamos a pelearnos barrio contra barrio, pueblo contra pueblo... a pedrada limpia, con tirachinas con buena munición, con arcos de ballestas de paraguas. Los que íbamos a jugar al fútbol y los entrenadores tenían de táctica común "que pase el balón, pero no el jugador", jugar un partido en regionales, tertulias o incluso solteros y casados, era como ir a la guerra, patada tras patada, insulto tras insulto. En eso mejoramos mucho. Pero en el fondo, creo, éramos mejores personas todos. Todo se hacía con contundencia, hasta los insultos, pero no pretendían hacer daño. Ahora, por lo bajini, hay mentira, hay manipulación, hay revanchismo, hay rencor, hay intransigencia, hay maldad. Solo nos daña aquello a lo que le damos mucha importancia.
Un inciso con lo anterior del fútbol. Por eso, decir quién fue el mejor jugador de todos los tiempos de diferentes épocas es comparar desigualdades. Messi, en la época de Johan Cruyff y Maradona, sin esa protección arbitral que ha tenido en toda su carrera, no hubiera sido el mismo. Aquellos defensas (Camacho, Goikoetxea Benito, Carrete, Migueli...) no se andaban con bromas.
Sobre los comportamientos entre personas, sean del sexo que sean, si limitas mucho lo que se puedan decir, y colocarlo a la altura del hecho, estaremos construyendo generaciones de cristal, mejor de barro.
Los intransigentes, los cargados de prejuicios, los que no se sienten conformes consigo mismos, sentirán que les persigue hasta su propia sombra. No se pueden hacer leyes para conformar mentes retraídas e inconformes. La sensibilidad de los que la tienen a flor de piel no puede impedir a otros contar chistes, piropear, volar, cantar, divertirse, crear, contar, bromear, decir, comer filetes... El ruido es molesto, hay que dejar descansar a la gente, pero si hacemos casos de los aburridos, no haríamos fiestas y festivales jamás, hay ruido. Así con todo, si no puedes criticar y llamarle corrupto al que lo es, pensará que todos somos estúpidos o incluso que sus actos no son tan malos.
Yo tengo una teoría, vivir y dejar vivir, sin tantas leyes prohibitivas, eso sí, sin pisotear la libertad y los derechos de los demás. Uno es uso, otro es abuso.
Nosotros éramos felices, imaginen vivir aquellos tiempos, los que abrieron este bienestar actual (por cierto, lo están destruyendo), imaginen casi lo peor, trabajar en la mina, ir a la mili con Franco en un cuerpo de operaciones especiales, jugar de delantero centro en regionales, criarse en un pueblo con todas las necesidades económicas sin padre, pero donde sobraba vida, diversión, ganas de progresar y aprender... Se me olvidaba, también con una educación religiosa en el aspecto sexual restrictiva y prohibitiva. Pero todos supimos enamorarnos, respetarnos entre sexos y géneros, criar y estudiar a nuestros hijos, a los que pervertimos con tanto que quisimos darles de todo lo que nos faltaba a nosotros. Cuando la realidad es que a nosotros no nos faltaba nada, éramos felices con poco, de ahí explotaba la imaginación; tiempos hermosos creados por gente hermosa. Aquellas gentes nacieron para convivir con los demás, ahora viven para sí. Vean los pueblos y casas de antes, pegadas, sin verjas, con la llave en la puerta, sin setos y vallas que las separaran. Ahora la gente se aísla, se cierra como en un búnker, con cierres altos y tupidos para que no les veas y saludes. Así no se hace convivencia. Este es el ejemplo más clarificador. Y luego ponen "Cuidado con el perro" y el letrero de alarma, casa autovigilada. Ya por si tenías dudas de la gana de amistad de quien allí vive. En vez de cuidado con el perro, debiera poner: "El dueño y la dueña están a la greña".
Ahora todo es más individual, menos solidario, más egoísmo e idolatrías, nadie pide perdón, nadie llora, no ves a la gente llorar, en nuestra época se lloraba, pero, ¿saben qué?, se reía mucho más
Las mujeres y los hombres no se odiaban ni se temían, se atraían, los políticos de distintos partidos e ideologías eran capaces de por el bien común reunirse noche y día hasta llegar a un denominador común y pactar como hicieron en la Transición. Ahora se tiran los trastos a la cabeza los unos a los otros continuamente, antes también, pero sabían dormir tranquilos para despertar y reflexionar. Ahora toman por gilipollas a todos, a las mujeres muy especialmente, dicen que la quieren proteger del machismo estructural, de estructural nada, sinvergüenzas, antes existía esa educación retraída, hasta la timidez en relaciones con las mujeres tenía su atractivo y seducción, su aquel. Se respetaba mucho a la mujer, aquellas madres y abuelas eran garantía de personalidad, serenidad y seriedad.
Estos machitos alfa (Sánchez, Iglesias...) y todas esas feministas misándricas que se aprovechan de una política de subvención y cargos por dedicarse a devaluar a las mujeres, ya que, si dices protegerlas, es que las interpretas menores de edad. Si les das cuotas, cremalleras o paridad, es que las ves incapaces de por ellas mismas llegar donde podréis precisamente a las ineptas y arribistas, como Irene, Belarra, Pam...
De verdad, no todo tiempo pasado fue mejor, pero el nuestro, por lo poco que teníamos, por lo mucho que hicimos, y por lo que logramos, fuimos la generación más agraciada consigo misma, porque ese logro conseguido desde la nada no lo puede comprender quien no lo vivió, quien ha tenido de todo desde siempre.
Ustedes, los viejos de ahora, sois la leche. Nuestros hijos desperdiciaron libertades y bienestar que logramos nosotros, solo nosotros.
Tardará tiempo en volver una generación que logró progreso y prosperidad sin heredar ni siquiera los principios y la preparación para ello.
Ahora la gente no se divierte como antes, discotecas, bares, cafeterías, cines, restaurantes... todo lleno de bullicio, se bebía y fumaba hasta en los hospitales, nada estaba prohibido, ahora hasta colocan puntos violetas para protegerse de nuestros propios miedos y cobardías. En nuestros tiempos, tanto las mujeres como los hombres andaban de noche sin miedo a ser violadas o agredidos. Ahora, en vez de perseguir a los malos, se esconde a los buenos. El mundo al revés.
Malos y malas siempre existirán, pero los malos no pueden acobardar e impedir vivir a los buenos. Son los malos lo que deben temer serlo.
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