Entre amenazas, acusaciones y culpas
Estaba viendo el vídeo del vergonzante recital de mímica-makoki de la "vice" Montero en el Congreso, sacando la lengua, ojos en blanco, lanzando chicle a la boca con muecas vulgares y zafias... (para mí que le estaba haciendo vudú a alguno del PP) y pensaba en el grado tremendo de agresividad y falta de respeto que unos y otros nos regalan cada minuto, por lo que es entendible que las amenazas, directas o veladas, no dejen de producirse en todas las direcciones.
Sin ir más lejos, la amenaza latente del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz: "Los fiscales manejamos material muy sensible y manejamos también muchísima información. "Le aseguro que si yo quisiera hacer daño a un determinado espectro político, tengo información de sobra, que, por supuesto, no voy a usar jamás, para insinuar, para filtrar, para decir"; que es tanto como decir: "Mañana lo suelto".
Amenaza velada de Laura Borràs, de Junts: "Hemos sido muy claros desde el principio y parece que ahora Sánchez y los suyos van comprendiendo cuáles son las reglas del juego". Vamos, que o cedes o no llegas a Navidad, colega.
La corrupción amenaza a José Luis Ábalos, y este, a su vez, amenaza directo al Gobierno: "La defensa de mi inocencia va a ser intensa". Forma suave y educada de decir: "Ataros los machos".
Bloomberg dice que ve al presidente Sánchez "contra las cuerdas", y Sánchez le echa la culpa a Feijóo por "hablar mal de España en Bruselas".
Velada acusación del presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, miembro del Grupo Socialista, José Zaragoza, que dice: "Es extraño que no se esté investigando a todo aquel que ha tenido acceso a los correos electrónicos de la pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, más allá del fiscal general...".
Llega entonces María Jesús Montero y, para centrar el tema, pone en alerta máxima al personal: «Van a salir más cosas de Isabel Díaz Ayuso". En los próximos días, la prensa «tendrá acceso a más información que a todos nos escandalizará».
No va a salir nada del Tito Berni, Koldo, Ábalos, del Presidente o de la mujer del Presidente. ¡De Díaz Ayuso!
Uno, que por culpa de la vida es un degenerado, se frota las manos ante "la que se avecina", y se carga de doritos y chuches esperando la próxima dana política.
Y llega esa información "que a todos nos iba a escandalizar", pero María Jesús Montero confunde churras con merinas, y más concretamente a Díaz Ayuso con Íñigo Errejón. Vaya por Dios.
El expodemita, el que durante años fuera claro exponente del feminismo hipócrita, en medio de una "escandalosa" ola de acusaciones de acoso y violencia machista, ha abandonado la política dejando para la posteridad una frase brillante. Un nivelazo de frase que a la mayoría de mortales nos ha dejado con la boca abierta: "He construido una subjetividad tóxica que ha mancillado mis estructuras afectivas". Toma, toma y toma.
Después de esto, Íñigo no puede ser culpable, aunque espero que le hayan allanado su casa, incautado su móvil, tablet, ordenador y pendrives con volcado de todos los datos, tenga una orden de alejamiento y haya pasado la noche en un calabozo.
Igualico que cualquier otro ciudadano sospechoso de lo mismo.
Saludos cordiales.
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