Íñigo Errejón y "la caduta degli dei"
Hay ocasiones en las que el impacto de una noticia te deja con la mente en blanco y el corazón semiparalizado, cuando esta, ciertamente, no la esperabas. Nos ocurre a la gente de izquierdas que seguimos empecinados en la construcción de un mundo más decente y olvidamos que quienes lideran dicho proyecto advierten que el poder es tan "poderoso" que para nada pueden seguir el principio de un hombre de izquierdas, como el fundador del PSOE, Pablo Iglesias Posse, hace más de un siglo señalaba: "Para elegir representantes del pueblo hay que buscar a los mejores, pero luego es necesario su observancia como si fueran ladrones".
Lo primero que me vino a la cabeza nada más conocer la noticia fue la película de Luchino Visconti, "La caduta degli dei" ("La caída de los dioses") (1969). Película ciertamente inquietante, atrevida, turbadora, que refleja, más allá del advenimiento del nazismo, la manera de ejercer el poder por parte de la alta burguesía alemana (representada en los Essenbeck), en la que la violencia sexual formaba parte del ejercicio del poder.
Por entonces el feminismo, la lucha contra la violencia de género y contra el machismo no tenían ningún reflejo en los parlamentos nacionales, y lo "normal" era la vejación de la mujer. Desde entonces la lucha feminista ha avanzado de forma lenta (por el poder patriarcal) pero segura de la mano de la izquierda y de los movimientos feministas.
La carta con la que Íñigo Errejón presenta su renuncia a todos sus cargos y se marcha de la política es tan turbadora e inquietante como la película de Visconti: "Desde hace diez años ocupo posiciones de representación pública en la política institucional y de altísima visibilidad y exposición mediática. Eso conlleva muchas experiencias, aprendizajes. Pero también genera un tipo de vida, una cotidianidad, una subjetividad, un tipo de vínculos con el ámbito público, con la fama y con los demás que pasan factura. Durante una década ha desgastado mi salud física, mi salud mental y mi estructura afectiva y emocional".
La marcha de Errejón nada tiene que ver con lo que señala en su infumable escrito. El ejercicio de la política no te arrastra a la violencia sexual, al igual que tampoco te arrastra a la corrupción (Ábalos). Tanto el corrupto como el violento sexual ejercen el poder como los Essenbeck de Visconti. Lo grave e irreparable, después de las víctimas, es cuando la sociedad "descubre" que, mientras el corrupto desde el Parlamento arengaba contra la corrupción, que "no tiene cabida en el ejercicio democrático", el violento sexual, una y otra vez, se erigía en el azote y luchador contra la violencia ejercida hacia las mujeres.
Qué duda cabe, por otro lado, que la figura de Íñigo Errejón es fundamental, para bien y para mal, en la década que dejamos atrás. Su separación de Podemos y su apuesta política con otras siglas le generaron muchos enemigos (más que en la derecha). De ahí que las declaraciones de Ione Belarra y Pablo Iglesias poniendo el dedo en Sumar y en una fecha concreta, 2021, tiene el aroma de la venganza y, como tal, horrorosamente apuntada. ¿Con ello quieren decir que cuando formaba parte de Podemos era un chico ejemplar? ¿Su adicción a las drogas y a la violencia sexual nacen posteriormente a la salida del "nido"? Cuando alguien decide ponerse en tratamiento por conductas aberrantes (toma de conciencia de las mismas) es porque lleva mucho tiempo en ello. El poder lo reafirma, como al corrupto, y ello deviene en un escollo que impide la puesta en manos de profesionales. La pregunta correcta es: ¿desde cuándo Errejón mantiene este tipo de conductas?
Y lo asombroso (entra en el ámbito del cinismo más aberrante), el mantener durante años un discurso político, abanderando el feminismo, haciendo propuestas para acabar con la cultura machista, mientras algunas de sus compañeras conocían sus barbaridades. Es la cara oculta de Sumar, Más País, Más Madrid... ¿Podemos? Es el agujero oscuro del discurso feminista de toda la izquierda. Es un mazazo para el Gobierno progresista. En mi modesta opinión, más duro que el de Ábalos. A la derecha se le ha ampliado la alfombra roja para llegar a la Moncloa.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo