La profecía de Alfonso Guerra en la perspectiva actual
Aunque soy poco dado a los comentarios y chascarrillos del mundo político, no puedo por menos que recordar cómo, en algún momento de la época de Felipe González, el entonces vicepresidente de Gobierno Alfonso Guerra dijo algo así como: “Dentro de pocos años a este país no lo va a conocer ni la madre que lo parió”, refiriéndose a los cambios que su Gobierno iba a producir en la sociedad española.
Han pasado unos cuarenta años, varios gobiernos y en efecto parece que aquella profecía tomó mucho cuerpo de realidad en poco tiempo. Una España en la que se segregó a los que fumaban como se expulsó a los moriscos, mientras miles de menores arrollaban y arrollan por las calles con botellones de alcohol; en la que se legisla para que esté constituida en equilibrio matemático por tantos futbolistas como futbolistos, gerentes como gerentas, enfermeras como enfermeros, bomberos como bomberas (…); aunque ahora tiene –por ejemplo– 7,5 médicas y 2,5 médicos y 6 juezas y 4 jueces por cada 10….; una España que sea una nación constituida por naciones; un Estado que más bien parece que son tres o cuatro estados –por cierto, uno en el exilio, que manda mucho y gasta más dinero que ninguno de los demás–, en el que se dictan leyes inmediatas para que algunos compradores no puedan adquirir lo que desean y pueden comprarlo otros… Un país, en fin, lleno de ciudadanos perplejos, que se preguntan si los dirigentes no gobernarán bajo los efectos de drogas alucinógenas, porque sus resoluciones son tantas veces alucinantes… Es, efectivamente, una España imposible de reconocer con la perspectiva de normalidad en que vivíamos hace no tanto tiempo. Lo que Alfonso Guerra no tuvo en cuenta es que la “madre que la parió” hace tiempo que no es madre, porque el Gobierno decidió por entonces que no hubiese madres ni padres, sino “progenitores A y B”.
Pero bueno… ¡quién nos diera ahora a Alfonso Guerra en el Gobierno!
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