Día de un único recurso
Digo, para entretenerme. Escribir. Por supuesto, una chorrada que a nadie importará, pero que a mí me entretendrá.
A mi derecha, pegada al escritorio, la ventana, que da a un amplio patio de manzana. Hay en él varias terrazas grandes. Miro la del lado opuesto al mío. Hace ya bastantes años lo que veía: en la esquina del fondo a la derecha, una pequeña construcción, 8 o 10 m2, con tejado de teja roja, de la que un viejito, cada día de primavera y verano, sacaba no menos de 15 o veinte jaulas con su canario que colgaba, alineadas bajo un tejadillo que discurría a lo largo de las paredes limítrofes con sus vecinos. Veía al viejito llenarles comederos y bebederos a los pájaros y rematar siempre su faena regando la terraza para dejarla pulida.
Eso es lo que veía. Lo que veo: la terraza pelada. Ha desaparecido la casetica. Por supuesto, las jaulas. Y el suelo luce a repegones, dependiendo de su grado de limpieza. Ah, ni qué decir tiene que el primero en desaparecer fue el viejito.
Antes de tener en mi objetivo al viejito y su terraza, en las pelis que veía en la tele, el protagonista, probablemente las más de las veces, era alto y guapo, pero siendo como fuera, cuando coincidía con una mujer hermosa, la cámara se le acercaba al rostro para poner de manifiesto el interés de su mirada. Y si la fémina en cuestión era la que protagonizaba junto con él, con más o menos recato, pero ni qué decir tiene.
Ayer no me quedó otra que irme a la cama antes de querer. Recorrí la tele de cabo a rabo. Tuve que desistir, primero de internet, y después, me acordé de pronto, ¡cónchale!, hace tiempo que no busco series. Me puse con ello. Difícil, pero a ver esta. Pincho el primer capítulo. No sé si podré resistirla, a ver... ¡No! El protagonista, maricón, ¡No! Vuelvo con la búsqueda. A ver... Puede que esta... ¡La protagonista, tortillera! ¡No me jode! ¡Pa la cama!
Por mi edad, poco debe quedarme de vida, pero mi "entorno vital" ha muerto unos cuantos años antes que yo.
Se ha muerto Franco y está vivo Sánchez ( y compaña). Demasié para mí.
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